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Y cuando la ciudadanía despertó la corrupción aún estaba ahí, pero temblaba de miedo.

20 de enero de 2019 Por: Carlos Duque

Solo a los pirómanos se les ocurre asesinar bomberos.

Graduar de ‘héroes’ a los jóvenes muertos y heridos en el atentado a la Escuela de Cadetes es una manera de maquillar una dolorosa realidad.
No son héroes; son víctimas de esa guerra absurda que queremos resucitar.

Qué tristeza: hombres y mujeres jóvenes cuya vocación y proyecto de vida es servir a la sociedad como policías no como héroes en un cementerio.

Aterra ver el nivel de estupidez al que hemos llegado: si vamos a la marcha le hacemos el juego al uribismo, si no, somos mamertos o idiotas útiles del terrorismo, si asistimos a nombre de la Paz somos saboteadores santistas, y si todos marchamos seremos cómplices de la realidad.

–La vida es sangrada, –dijo el terrorista.

País de autores intelectuales.

Y cuando la ciudadanía despertó la corrupción aún estaba ahí, pero temblaba de miedo.

“Navarro no puede ser alcalde de Bogotá porque es pastuso”, –Diego Molano.

Ya me imagino cómo será el muro que el candidato Molano construirá para contener a los pastusos y demás inmigrantes que venimos del resto del país.

‘Pastusos’ somos el 60% de los bogotanos que venimos del resto del país a aportarle a la capital nuestro talento y energía.

Algunos agudos opinadores califican de idiotas útiles a quienes pedimos la renuncia del fiscal. Es preferible ser considerado idiota útil que sabio y presuntuoso cómplice de la corrupción.

¿Qué hace un país tan lindo, inteligente, trabajador y feliz como Colombia haciendo cosas tan espantosas como esas?

Le entra por un odio pero no le sale por el otro.

¡No envejezcan que es peor!

Sigue en Twitter @_carlosduque