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Se les metió al rancho

En el año 2010 la Oficina de Inclusión Social de la Alcaldía...

12 de agosto de 2016 Por: Carlina Toledo Patterson

En el año 2010 la Oficina de Inclusión Social de la Alcaldía de Cali buscó implementar un proyecto de formación en educación sexual con énfasis en orientación sexual diversa. El lema del programa era “Con la diversidad sexual y de género, ¡Todo bien!”. El paquete de herramientas desarrollado que se alcanzó a difundir en varias escuelas públicas constaba de una guía para docentes y otra para madres y padres, cuatro cartillas para jóvenes de 14 a 17 años y un CD de música urbana, todo en un lenguaje bastante burdo.Después de una gran controversia al respecto, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) ordenó retirar el programa. Básicamente porque este no estaba acorde con el marco normativo de su Programa de Educación para la Sexualidad y la Construcción de Ciudadanía. En buena hora, porque sin el debido análisis y control, a nuestros niños se les estaba exponiendo a fotos, letras de canciones, juegos y dinámicas de grupo en las cuales oían que “Norma en su cama a hombres y mujeres ama” o que los que practican un género distinto al de hombre y mujer “son la nueva era”. Claramente la información al respecto de la diversidad sexual estaba bastante parcializada.La polémica ahora, seis años después, gira en torno a un programa que se promueve desde el mismo MEN que retiró el anterior. El documento base se llama Ambientes Escolares libres de discriminación y aunque en esencia tiene el mismo objetivo, en su estructura no se parece al programa de la Cali sin límites de 2010. En primer lugar porque el lenguaje es otro, está hecho con más altura y sin la referencia explícita a los actos sexuales de quienes no son heterosexuales que tenían las herramientas del programa caleño. En segundo lugar, porque buscaron validadores como Unicef, PNUD y el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), además de sustentar la teoría sobre bases jurídicas y explicaciones un tanto científicas. Ambas razones sin duda tienen el propósito de justificar un fin.Dicen en la introducción que se busca honrar la memoria de Sergio Urrego, quien trabajó de manera “ardua y vigorosa en la construcción de una sociedad igualitaria, garante de las libertades y de los derechos sexuales y reproductivos”. Con todo el respeto que se merece el joven y lo que haya trabajado, además del rechazo absoluto a la discriminación de que fue víctima, sólo tenía 17 años y siento que están utilizándolo como héroe para algo más de fondo, que va más allá de promover tolerancia en las instituciones educativas.De hecho siento que se hace todo tipo de esguinces a las normas del mismo Ministerio, se mete al rancho de las instituciones educativas de una manera inaceptable y que con una agenda propia, la Ministra va más allá de sus competencias queriendo imponer una manera de proceder sobre las directivas de las escuelas y colegios. Resulta que aunque diga que “va de la mano de la guía pedagógica de convivencia escolar”, unas páginas más adelante sugiere ajustarlo y que prohíba expresamente las conductas discriminatorias hacia personas cuya identidad sexual no es hegemónica”.Es una verdadera tristeza que los esfuerzos por mejorar la calidad de la educación en Colombia se desvíen con esto. Tengo la certeza que docentes y directivos son conscientes de la necesidad de promover tolerancia y apertura mental hacia la diversidad en los ámbitos sexuales, culturales, de raza, género y religión para la construcción de ciudadanía, pero claramente no necesitan que la diversidad sexual sea un tema que les apliquen por vía intravenosa como se pretende.Sigue en Twitter @CarlinaToledoP