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Tengo problemas con un cierto estilo de columna de opinión porque rechazo...

17 de junio de 2016 Por: Carlina Toledo Patterson

Tengo problemas con un cierto estilo de columna de opinión porque rechazo por naturaleza aquellas que parecieran estar escritas con las vísceras y que se tiran la reputación de un ser humano sobre la base de rumores, cuentos y juicios de valor. Sin embargo, reconozco que en esto de ser columnista todos los estilos son válidos porque además hay todo tipo de lectores. De manera que cada cual maneje las cosas al nivel que escoja. Mi cuento va a que no pude digerir la mala leche que destilaba una columna reciente de Gloria H., llamada Educadora Confundida y en la cual literalmente trapeó con Marisa Uribe de Bonilla, no solo como ser humano sino como gestora de educación temprana en el Valle y en Colombia. Personalmente creo en otro estilo -posiblemente por ser periodista- y pienso que los lectores tienen el derecho de hacer sus propios juicios sobre la base de hechos, datos y realidades, no vísceras revueltas y de pronto también intereses particulares.Al respecto de la primera infancia en el país hay mucho por decir. Lo primero, es admitir que hasta hace pocos años la indiferencia estatal con este sector de la población era total. A excepción de las madres comunitarias del Icbf y de escuelas maternales donde también simplemente se ‘cuidaba’ de los niños, del tema de su atención integral no se hablaba. Gracias a la iniciativa de este Gobierno que estructuró y se la metió toda a la Estrategia de Cero a Siempre, ya tenemos una ley que trascenderá coyunturas políticas y se integrará a los lineamientos estatales a futuro.Pero esto de tener ya una política pública para la atención integral a la primera infancia en los sectores menos favorecidos de la población no se dio de la nada, sino al empuje y tesón de personas como Marisa Uribe, quienes desde lo privado (y desde cuanto foro nacional e internacional encontraba), evidenciaron las falencias existentes y no solo empujaron para mejorar la calidad, sino que generosamente compartieron su conocimiento para beneficio de todos los estratos socioeconómicos. En el Valle del Cauca se lideró desde la Comisión Vallecaucana para la Educación -Subcomisión de Educación Inicial- espacio en el cual tuve la oportunidad de compartir algunas experiencias no solo con Marisa, sino con otro grupo de mujeres de un valor y una dedicación admirables. De hecho, Doris Gallego, directora de Primera Infancia de Comfandi dice en entrevista publicada en la ultima edición de la revista RS que: “Existen organizaciones y gremios que desde hace muchos años vienen movilizando acciones en favor de la primera infancia, de igual manera la sociedad civil organizada de nuestra región (la Comisión y Subcomisión) ha sido clave en la construcción de una cultura hacia la primera infancia y en su visibilización en las agenda públicas”.Y vuelvo a Marisa. Claramente cuando llegó hace 27 años a Cali y fundó Críos fue porque encontró un vacío en educación temprana y decidió actuar sobre ello para generar cambio. Encontró la necesidad, la receptividad y también personas capacitadas que la acompañaron en la travesía. Yo -a diferencia de Gloria H.- no creo que Marisa sea ni mentirosa, ni fantasiosa, ni distorsionadora de la realidad. Marisa dice las cosas como son y punto. Afortunadamente lo hizo, porque hoy, gracias a ese liderazgo, la atención a la primera infancia es ley y es valorada como generadora de cambio, de paz y como una gran inversión a futuro para un país con tanta necesidad de gente buena.Sigue en Twitter @CarlinaToledoP