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Ningún convidado de piedra

La semana pasada sucedieron dos hechos que, aunque en principio aislados, con...

1 de abril de 2011 Por: Carlina Toledo Patterson

La semana pasada sucedieron dos hechos que, aunque en principio aislados, con toda seguridad en la medida que transcurra el tiempo, van a terminar en una apretada amalgama. Por un lado, en una calle de Saravena, Arauca, fue asesinada la juez Gloria Constanza Gaona de 35 años, divorciada y madre de dos hijos de 6 y 15 años y a quienes veía cada 15 días cuando los iba a visitar a Tunja, su tierra natal. Entretanto, era confirmada la pronta llegada del juez español Baltasar Garzón, quien ya no arriba al país como asesor del Gobierno en temas de Derechos Humanos, sino como parte de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).La juez Gaona llevaba el caso de los tres niños encontrados en octubre en una fosa común de la vereda Caño Tembladores, zona rural del municipio de Tame. Las víctimas eran los hermanos Torres Jaimes: Yenni de 14 años, Yimmy de 9 y Yefferson de 6. Los tres tenían signos de tortura, fueron degollados, y antes de ser asesinados, Yenny fue violada. Sus cuerpos enterrados aparecieron a 100 metros de donde estaban los militares adscritos a la Octava División del Ejército y el sindicado es el subteniente Raúl Muñoz. Por fallas en el ejercicio del mando y control de las tropas fueron destituidos cuatro oficiales y tres suboficiales.Según informa Daniel Coronell en su columna de la revista Semana, “La juez asesinada (quien, dicho sea de paso, no llevaba procesos por narcotráfico porque era juez del circuito y no especializada) denunció las maniobras dilatorias de abogados de Demil (Defensoría Penal Militar) para sacar de la cárcel al subteniente Muñoz alegando vencimiento de términos”.Mientras todo esto sucedía, se confirmaba a través de los medios de comunicación que Baltasar Garzón efectivamente va a trabajar en Colombia con la OEA en una misión que desde el 2005 respalda los procesos de paz a través de la verificación y monitoreo de acuerdos y el acompañamiento a las comunidades víctimas de la violencia. Esta misión que se llama Mapp (Misión de Apoyo al Proceso de Paz) “presta especial atención al cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, con especial énfasis en los grupos o poblaciones vulnerables”. Fue fundamental el giro en cuanto a quién pagará el trabajo del juez Garzón. Si hubiera llegado como asesor del Gobierno tendría algunas limitaciones. En temas como el de la juez Gaona, también podría haber grupos interesados en restringir sus funciones para que no escarbe demasiado. Su arribo por intermedio de la OEA ha sido concertado con el Presidente y tiene unos objetivos específicos como es el del estudio de la reforma de la Ley de Justicia y Paz. La ventaja de no depender del Gobierno es que ninguno de sus funcionarios tiene la potestad para prohibirle al juez Garzón estudiar a fondo temas tan espinosos en términos de violaciones a los derechos humanos como el citado. Además de tres niños torturados, abusados sexualmente y asesinados, quedaron huérfanos los dos hijos de la juez acribillada en el ejercicio de sus funciones. De colofón, el padre de los niños Torres Jaimes está desplazado con sus otros dos hijos por las amenazas que ha recibido en contra de su vida.Para algunos, Garzón no hace falta porque piensan que para eso existe la Rama Judicial. Para otros, será una molestia por los callos que podría llegar a pisar. Lo claro es que lejos estará de ser un simple convidado de piedra.