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Los podcasts de Michelle

Según lo que leo, me ha parecido curioso ver cómo muchos vamos pasando por los mismos ciclos en el transcurso de este encierro que nos ha tocado vivir.

13 de agosto de 2020 Por: Carlina Toledo Patterson

Según lo que leo, me ha parecido curioso ver cómo muchos vamos pasando por los mismos ciclos en el transcurso de este encierro que nos ha tocado vivir.

Al principio fue la obsesión por la comida, como si esta se fuera acabar de un momento a otro y teníamos que disfrutar al máximo lo que había. Hacíamos platos nuevos, les tomábamos fotos, las subíamos a redes sociales y compartíamos recetas con desenfreno. Esa fase duró un buen rato, pero ya. Estoy hastiada de innovar, de compartir y a ratos hasta de comer.

En paralelo se dio la fase de querer hacer que toda la familia estuviera feliz y para eso sentíamos -al menos como mamá que soy- que había que tener control del horario de todos, de las acciones de todos y de las agendas de todos. Esa fase no duró más de una semana porque la rebelión fue inmediata. Cada uno quería hacer lo suyo, manejar su tiempo, sus actividades y definitivamente no estar pegados todo el tiempo. No más monopolio, no más rompecabezas y no más ‘noches de familia’. Y uno de los aprendizajes de la pandemia es soltar y dejar que las cosas fluyan a su propio ritmo y que todos manejemos nuestros espacios, ansiedades, aprendizajes y tiempos como queremos.

Lo interesante es ver que millones de personas alrededor del mundo estamos en las mismas. Eso ha creado un cierto grupo de apoyo porque claramente en medio de esta situación es importante saber que no estamos solos. Que nuestros aburrimientos, ansiedades y frustraciones son compartidas, así como las satisfacciones, alegrías y enseñanzas.
Dentro de este contexto se dio muy oportunamente el lanzamiento del podcast de Michelle Obama el cual ante todo es un toque de humanidad.
El podcast se encuentra de manera gratuita en Spotify. Ya van tres episodios de la misma, sale los miércoles y ha sido al menos para mí un bálsamo anímico.

El primer episodio fue una conversación con su esposo, el expresidente.
Ellos, como todos sabemos, tienen una relación muy especial, hasta envidiable, y conversaron de lo divino y lo humano. En ese episodio nos ubicaron en el sentido de comunidad que todos debemos valorar y hablaron de cómo nos debemos a ella porque es lo que nos hace fuertes.

Aún en este encierro tenemos nuestras comunidades. El grupo de amigas que ahora más que nunca son familia; el grupo de colegas con quienes extrañamos compartir momentos cara a cara pero que ahora nos apoyan y empujan hacia adelante virtualmente. La familia, la cual, aunque lejos (o cerca), están ahí y saben detectar muy bien cuando necesitamos oírlos y sentir su afecto. Y desde luego la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene de dar ejemplo para construir una comunidad más amplia que sea cada vez más compasiva y comprensiva de nuestras diferencias.

La comunidad de amigas de Michelle Obama ha sido protagonista de los otros dos episodios y seguramente lo seguirán siendo porque además de diverso, amplio y de mente abierta, las experiencias compartidas hacen que las conversaciones sean increíblemente enriquecedoras. Los temas además son totalmente humanos y reales.

Es probable que esto de los podcasts sea también una fase por la que millones estamos pasando en este momento de las diversas formas de encierro que vivimos alrededor del mundo. En últimas, cada fase va dejando aprendizajes valiosos y que eso nos quede será el reto a futuro. Que miremos hacia atrás dentro de unos años y que aún en medio del dolor que muchos pasan, podamos admitir que esta crisis nos volvió mejores personas.

Sigue en Twitter @CarlinaToledoP