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Faryd, con el país en sus manos

No sé si nuestro muy querido Faryd Mondragón esté consciente de la...

12 de septiembre de 2014 Por: Carlina Toledo Patterson

No sé si nuestro muy querido Faryd Mondragón esté consciente de la responsabilidad que se echó encima el lunes pasado al aceptar ser el vocero de los deportistas en el lanzamiento de la campaña Soy Capaz. Sé que entiende las dimensiones de la campaña y de lo que pretende en términos de sensibilizarnos a los colombianos con miras a la reconciliación. Sin embargo, el trasfondo real de lo que eso significa en el contexto del postconflicto y lo que su figura representa es inconmensurable. Ojalá todos quienes creemos de corazón en este proceso -empresarios, medios, iglesias, artistas- estemos dispuestos a apoyarlo en lo que requiera, porque finalmente es quien puede, y debe, llevar la batuta. Marc de Beaufort, el director de la campaña Soy Capaz tiene un particular encanto y es que el tema le apasiona. Le apasiona tanto que quien hable con él al respecto queda enganchado y comprometido casi que sin darse cuenta. La prueba son los 120 empresarios que se vincularon con sus aportes y vistiendo de blanco sus productos; las iglesias que se han hecho presentes, los medios que apoyan la iniciativa y los artistas y deportistas que están de lleno promoviendo que seamos mejores personas.De la esencia de la campaña me impresionaron dos cosas: la inminente y urgente necesidad de sustraer el proceso de paz de lo político, porque eso claramente puede conducir al fracaso del mismo; y el saber que es ineludible entregar a quienes sí tienen credibilidad el desarrollo del espíritu colectivo que nos puede llevar más allá de la simple firma de un documento y catapultarnos a esa nueva Colombia.Durante meses seguí el paso a paso de la campaña y siempre lo vi como una brillante iniciativa empresarial. Así tenía que ser porque si no, estaba destinada a ser otra buena intención malograda. Sin embargo, al ver a Faryd comprometido, conmovido y locuaz al respecto, me di cuenta de algo que de pronto no ha sido tan evidente. Resulta que muchos hemos puesto y seguiremos poniendo nuestro grano de arena, pero tenemos que comprender que nuestra posición táctica es estar tras bambalinas, porque el único de todos que tiene la capacidad de llegarle al corazón hasta al último de los colombianos es nuestro Faryd Mondragón (con sus coequiperos).El presidente Santos dijo recientemente que el 60% de los colombianos no conocen de los avances en La Habana (y pueda que ni les importe el detalle de lo que allí se discute). Sin embargo, en el momento en que se llegue a un acuerdo, todos los colombianos adquirimos ciertos compromisos y una adecuada pedagogía al respecto es indispensable. ¿Sabemos qué quiere decir postconflicto, proceso de diálogo, perdón y olvido, desarme, desmovilización y reintegración? Seguramente no, y todos son términos técnicos que tendrán que ver con nosotros.Francamente dudo mucho que la pedagogía se logre desde un ministerio consejero de comunicaciones, aunque esté allí concentrado conocimiento y voluntad. La pedagogía la tendrán que hacer quienes no tienen intereses políticos y quienes sí gozan de credibilidad. De manera que volvemos a Marc, a Soy Capaz y a Faryd.Soy Capaz se trata de comprometernos a cambiar conductas y actitudes y seguro se logra. Pero después de un mes de campaña viene lo sustancioso: educar en eso que El Nuevo Siglo llamó en un análisis, el Diccionario Básico de la Paz. El profesor: el señor Faryd Camilo Mondragón Alí, en quien está puesta toda mi fe y confianza. ¡Sé que es capaz!