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De los bellos caminos arbolados de Cali ya hablaba Eustaquio Palacios en ‘El Alférez Real’, 1886, pese a que por entonces aún no había samanes.

7 de noviembre de 2018 Por: Benjamin Barney Caldas

Las ocho hileras de árboles de distintas copas y flores de diferentes colores, identificando los principales sectores y cruces a lo largo de los más de 25 km del nuevo eje urbano y regional para Cali, propuesto por un grupo de profesionales adjunto a la SMP, constituirían la alameda mas larga, ancha, múltiple y variada del mundo y de gran importancia para el medio ambiente. Que sería la más larga ya se ha dicho en esta columna pero lo de su insólita diversidad de tamaños, follajes y colores es una muy grata novedad: basta con imaginarla y recordar de nuevo que alameda es un “paseo con árboles de cualquier clase” (DEL) y que esta estaría conformada por varias paralelas.

De los bellos caminos arbolados de Cali ya hablaba Eustaquio Palacios en ‘El Alférez Real’, 1886, pese a que por entonces aún no había samanes, y a principios del Siglo XX los nuevos industriales de la caña de azúcar sembraron largas alamedas de samanes a la entrada a las bellas casas de sus haciendas, como aún se pueden ver en La Manuelita, o de altas palmas reales como en La Industria en Florida. Y en Cali se sembraron en todas sus entradas salvo en la salida al mar, pero de las cinco largas alamedas que tuvo la ciudad sólo quedan, eliminadas para las siempre incompletas ampliaciones viales, algunos pedazos como en la Calle Quinta camino al sur o en la Sexta camino al norte.

En esta nueva alameda podría haber además de los clásicos samanes y palmas reales, gualandayes, cachimbos, acacias y guayacanes, amarillos, rosados y violetas, y muchos otros árboles como se pueden seleccionar en ‘La flora ornamental tropical y el espacio urbano’, 1979, de Lyda Caldas. De ahí que su proyecto tendría que ser el de un equipo de botánicos, paisajistas, ingenieros viales, ambientalistas y arquitectos: una obra de arte colectivo como solían ser las ciudades cuando, con la lengua y las creencias, eran parte de la cultura en tanto que son su escenario, como lo dejo en claro Lewis Mumford, creando una tradición, que en este caso sería su reinterpretación posmoderna.

En Cali compartir puntos de vista para alcanzar objetivos comunes no florece pronto, pero soñar no cuesta nada y hay que insistir en que esta alameda (la más variada, colorida, ancha y larga del mundo) sería para una Cali soñada mucho más que sólo un nuevo eje urbano y regional, ya que sus posibilidades lúdicas, recreativas y de significados, en tanto calidad de vida, no son pocas. Sin duda recorrer este corredor florecido de sur a norte sería una atracción única para propios y visitantes, como lo son tantas calles, avenidas y paseos famosos del mundo, a los que de una u otra manera estas largas alamedas paralelas propuestas recuerdan y a la vez que suman diversos aspectos de ellas.

Alamedas que se disfrutarían diariamente en el tren de cercanías, desde los carros por su autopista urbana, en los buses, motos y bicicletas por el par vial de la 25 y 26, y caminando a su largo, por partes o por más de 20 cruces, bajo un manto vegetal mecido por la brisa y el canto de diversidad de pájaros y flores de colores que cambian al paso del año incluyendo verdes hojas que aquí son de todos los colores como dijo Aurelio Arturo. Además se miraría, desde los balcones, terrazas y azoteas de los edificios exentos a sus costados, la imponente cordillera y sus bellísimos Farallones, y el verde mar del valle del río Cauca hasta la otra cordillera distante enfrente, donde salen el Sol y la Luna.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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