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Pensar en casa

Hay que replantear la ubicación en la ciudad de las nuevas viviendas, ya sean casas o apartamentos, y por supuesto en que hay que reconsiderar los espacios propios de las mismas.

6 de enero de 2021 Por: Benjamin Barney Caldas

El tener que haber permanecido mucho más tiempo en casa, ya fuera trabajando, estudiando, leyendo, escribiendo, divirtiéndose o sencillamente estando en ella, de lo que se ha escrito a lo largo de este año en columnas anteriores, debería llevar a pensar a los políticos y funcionarios interesados en el tema, en que hay que replantear la ubicación en la ciudad de las nuevas viviendas, ya sean casas o apartamentos, y por supuesto en que hay que reconsiderar los espacios propios de las mismas, como igualmente su proyecto y construcción, y en consecuencia el ejercicio profesional de la arquitectura y la construcción, y por supuesto la enseñanza y aprendizaje de estas, para bien de muchas ciudades.

Las distintas ubicaciones de las nuevas viviendas en cada ciudad deberían ser a distancias caminables, o en bicicleta, de nuevas centralidades que cuenten con todo el equipamiento urbano necesario para la vida de todos los días, del que igualmente habría que dotar a las centralidades existentes en proceso de consolidación. Y sus emplazamientos en cada lugar siempre deberían respetar formalmente su contexto ya construido, con el que deberían armonizar, al que se agregan completando partes de la ciudad o, mucho más sostenible, reformando construcciones existentes y no demoliéndolas totalmente para levantar otras completamente nuevas ya sin arraigo alguno en el lugar.

Los espacios propios de las casas de antes, como lo son jardines, solares, patios, corredores, balcones y salas de uso múltiple, habría que reinterpretarlos en las nuevas casas y apartamentos, en los que se contaría con áreas menores lo que demanda nuevas alternativas, facilitando además su eventual cambio posterior y estimulando el fácil reacomodo de sus muebles en algunas pocas diferentes formas según las necesidades, preferencias y gustos de sus usuarios, los que además cuando son apartamentos para alquilar, como suelen ser muchos, cambian con frecuencia por lo que en estos casos deberían contar con los muebles básicos evitando los daños e inconvenientes que ocasionan los trasteos.

Por eso el diseño y construcción de las nuevas viviendas deberían realizarse mediante diversos prototipos a partir de utilizar desarrollos de los patrones de un mismo tipo básico sostenible y contextual para lograr variaciones análogas que sean sostenibles tanto en su construcción como en su uso. Buscando además una economía de escala en la construcción y no en la arquitectura, para beneficio de los clientes al ofrecer mejores y más variados productos que se puedan mejorar y ampliar cuando sea necesario; y de las constructoras al sistematizar mucho mejor su trabajo al utilizar los mismos materiales, componentes y partes en lugar de repetir idéntico y sin gracia el edificio completo.

Y por supuesto el ejercicio profesional de la arquitectura y su enseñanza/aprendizaje deberá cambiar a fondo, tanto en la carrera en las universidades, diversificándola en el pregrado (urbanismo, paisajismo, interiorismo, construcción y teoría) logrando así profesionales más especializados, por un lado, y dejando la arquitectura misma para un posgrado, por el otro, con más conocimientos y experiencia si su aprendizaje final es colaborando en oficinas ya establecidas y con una mínima trayectoria. Cambios que ya se están dando de manera espontánea por parte de algunos profesores, como Andrés Erazo en Cali, y de unos pocos estudiantes interesados, pero que es urgente generalizar.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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