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Granada Cali

Si hay un par de ciudades bien diferentes son Miami “la ciudad hermana” (adoptada) de Cali, y Granada, su “hermana mayor” (reconocida o no), con la que comparte la lengua, tradiciones, climas benignos, paisajes de montes y ríos y el legado de la bella arquitectura hispanomusulmana.

16 de agosto de 2017 Por: Benjamin Barney Caldas

Si hay un par de ciudades bien diferentes son Miami “la ciudad hermana” (adoptada) de Cali, y Granada, su “hermana mayor” (reconocida o no), con la que comparte la lengua, tradiciones, climas benignos, paisajes de montes y ríos y el legado de la bella arquitectura hispanomusulmana. Infortunadamente, con la adopción de la otra hermana, después de la Segunda Guerra Mundial, se hizo -y se sigue haciendo- todo lo posible por desconocerla, de tal manera que ya casi no tiene nada ni de una ni de otra, por lo que ahora es pertinente recordar su origen legítimo, pues ayudaría a recobrar su buen rumbo de mediados del Siglo XX cuando se decía de ella que era “la capital del cielo”.

Granada fue capital del Reino taifa zirí durante el Siglo XI, y del Nazarí entre los siglos XIII y XV. Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se mantuvo como capital del reino castellano de Granada, una simple jurisdicción territorial, hasta 1833, cuando se produjo la actual división provincial de España. Cali, por lo contrario, fue hasta fines del Siglo XIX una pequeña aldea, pero a partir de 1910, cuando pasa a ser la nueva capital del nuevo departamento del Valle del Cauca, y comienza a crecer vertiginosamente con la apertura del Canal de Panamá y la consiguiente importancia del puerto de Buenaventura y su pronta conexión vial y férrea con la ciudad.

La bella ciudad española, en el centro de la Vega de Granada, a una altitud de 680 msnm, es decir cerca de los 1000 de Cali, ocupa una amplia depresión intrabética formada por el río Genil y el piedemonte del macizo más alto de la península ibérica, la Sierra Nevada, que condiciona su clima, es decir de manera similar a Cali situada en el piedemonte de la alta cordillera Occidental, dominando el valle interandino del río Cauca. Pero mientras que aquí, a 3° 27’ de latitud norte, el clima permanece sin mayores cambios y solamente con periodos de lluvia o secos a lo largo del año, allá, a 37° 10’, ya se sienten las estaciones, pero buena parte del año el clima es similar al de acá aunque más seco.

Con casi 500 mil habitantes en su área metropolitana, Granada tiene la sexta parte de los de la de Cali, que ya es casi la mitad de la Madrid. Sin embargo, mientras Granada pierde habitantes, pero ya tiene Metro, aquí cada vez hay más y ni siquiera cuenta con un tren de cercanías, como los llaman allá, y el del puerto se abandonó. Ya se sabe que en Colombia la mejor calidad de vida se da en sus ciudades intermedias, como Manizales por ejemplo, con cerca de 400 mil habitantes, y con mayor razón en Granada que solo cuenta con unos 200 mil en la ciudad propiamente dicha, pero que notablemente es más ciudad en tanto escenario de una cultura, la que es el más importante de los orígenes de la nuestra.

Es justamente el problema central de Cali en donde desde mediados del Siglo XX se dejó de mirar a Europa y se puso de moda Miami, y se comenzó a confundir el crecimiento demográfico de la ciudad con su desarrollo, y su progreso con la demolición de sus “casas viejas”. Y aunque inicialmente tuvo una mejor arquitectura moderna, una de las mejores del país, con motivo de los VI Juegos Panamericanos en 1971, y la conversión de la vivienda en un negocio junto con la invasión incontrolada de los automóviles, la vulgarización de lo “moderno” se disparó, y después aún mucho más con el auge del narcotráfico. Así olvidamos en apenas medio siglo el legado andalusí, el que toca ir a gozar allá.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

Ver: Granada, Tierra soñada

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