El pais
SUSCRÍBETE

Cruces viales

Los ‘deprimidos’ para el cruce de la Circunvalar con la Cr. 4ª, y de esta con la Cl. 2ª (El País, 14/01/2020) sin duda son necesarios y económicos, y no afectarían mal el espacio urbano público y por eso mejor hablar de pasos bajo nivel.

22 de enero de 2020 Por: Benjamin Barney Caldas

Los ‘deprimidos’ para el cruce de la Circunvalar con la Cr. 4ª, y de esta con la Cl. 2ª (El País, 14/01/2020) sin duda son necesarios y económicos, y no afectarían mal el espacio urbano público y por eso mejor hablar de pasos bajo nivel. Pero el ‘gran’ puente de entre 30 y 50 mil millones de pesos para darle continuidad a la Cl. 5ª hacia el Oeste sí es deprimente: sería un cruce a tres niveles en pleno centro, para carros y la mayoría particulares, que contribuiría a tapar lo que queda de la vista al Cerro de la Tres Cruces desde la Cl. 5ª, que mejor se debería hundir entre la Cr. 10 y la Av. Colombia, agilizando el tránsito y dejando arriba un paseo que junte la ciudad que partió hace medio siglo.

Extraña que en la Secretaría de Infraestructura no se hayan percatado de que el paso propuesto de la Cr. 4ª bajo la Cl. 2ª agilizaría el actual tránsito de la Cl. 5ª hacia el Oeste, y que si no fuera suficiente sería más económico, y sobretodo más beneficioso para el espacio urbano público, que se prolongara el hundimiento de la Av. Colombia hacia el oeste para poder cruzar por encima de ella hacia la Av. 1ª N. pasando por el puente de la Cl. 2ª, y así poder conformar un eje transversal este-oeste de la ciudad al completar un indispensable par vial a los dos lados del Río Cali desde la Salida al Mar hasta su empate con Cr. 1ª cruzando el par vial de las Cls. 25 y 26, que sería su eje longitudinal norte-sur.

Las grandes obras viales deben ser para el transporte público, considerando a la mayoría de los habitantes de la ciudad así como el cambio climático, como lo es el tren de cercanías y este como parte de un sistema multimodal e integrado a lo largo del par vial de la 25 y 26, incluyendo ciclovías y la posibilidad de una autopista urbana, evitando tener que demoler luego obras ya realizadas, como ahora en el puente en construcción en la Cr.100 con Cl. 25 (El País, 15/01/2020), y por supuesto replantear los usos del suelo y alturas a todo su largo, constituyendo el nuevo eje urbano y regional que ha propuesto un grupo de profesionales adjunto a la SMP del que se ha hablado aquí y se puede consultar en Caliescribe.com.

Hay que insistir en que Cali está urgida de un verdadero Plan de Ordenamiento Territorial a largo plazo, comenzando por definir y legalizar su área metropolitana, y considerando que su plan vial (andenes, ciclovías, vías, autopistas y carrileras) es la contraparte del de usos del suelo (usos, ocupación en primer piso, aislamientos, retrocesos y alturas) y que unas veces el primero depende del segundo, como en el caso del oeste de la ciudad mencionado arriba, y otras al contrario como sería la reglamentación urbana de las manzanas a los dos lados del nuevo eje urbano y regional propuesto. Verlos por separado y cambiarlos cada cuatro años es lo que ha llevado a la caótica y fea ciudad actual.

Todo lo que sucede en una ciudad tiene que ver de una manera u otra con el artefacto urbano, es decir con sus edificaciones y espacios urbanos tanto públicos como privados, cuya belleza no es un lujo sino una oportunidad para una mejor calidad de vida no apenas económica sino existencial. El problema es que no faltarán los que piensen que ese ‘gran’ y costoso puente mencionado es bello, ya que lo estético es una característica cultural aunque a partir de un condicionante biológico pues la aparición del lenguaje coincide con la del arte que permitió ver el mundo de una manera diferente, pero de ahí en adelante el gusto, como la lengua y el comportamiento, es sobre todo cultural.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

AHORA EN Benjamin Barney Caldas