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Santos, el impopular

Nunca había visto tal repudio, odio visceral y rechazo contra un Presidente...

8 de julio de 2016 Por: Beatriz López

Nunca había visto tal repudio, odio visceral y rechazo contra un Presidente como el que hoy percibo contra Juan Manuel Santos. Eso no pasó ni en la época de Turbay, cuando su presunta falta de ilustración ‘amenizaba’ corrillos y tertulias, quizás para neutralizar el tenebroso Estatuto de Seguridad, ni con Gaviria, que con su slogan “bienvenidos al futuro”, colapsó el campo colombiano.***Tampoco en la era del Caguán y la silla vacía de Pastrana o en la de Barco, que dado su incipiente Alzheimer, su segundo gobernó en cuerpo ajeno. Ni siquiera en la de Samper, cuya entrada de dineros calientes a su campaña, inició el proceso 8.000, o en la de Belisario, culpable del vacío de poder que llevó ael holocausto del Palacio de Justicia.***Pero sigamos con Santos. Añadido al bullyng mediático en la redes sociales, los blogs, los debates, los resultados de las encuestas, los gritos destemplados en su contra en los supermercados, gimnasios y salas de espera en las EPS, y la muy extendida creencia de que el presidente es castro-chavista, la prestigiosa revista británica ‘The Economist’, publicó un descarnado análisis sobre su personalidad.***Bajo el título de ‘El hombre que hace la paz, es impopular’, el artículo resume la historia de las Farc, las masacres y su participación en el narcotráfico, el bajo nivel de popularidad del Presidente (21%), y la situación económica actual. Esto es lo que dice la revista sobre Santos: *** “No es un vendedor natural. Aunque procede de una familia prominente en el ámbito político, fundadora de un importante diario, no ha logrado ser un comunicador carismático. Un amigo de juventud lo define como un ciborg (hombre máquina) programado desde niño para ser presidente. No es telegénico, ni elocuente en público. Se siente más cómodo entre banqueros que en medio de campesinos y vacila cuando intenta explicar a los colombianos de que manera la paz puede transformar sus vidas”. Y mientras sostiene que “su reputación de resbaladizo agrava el problema” suavizan el calificativo afirmando que “siempre mantuvo la cabeza fría cuando las crisis amenazaron el proceso”, y por tanto “es un pensador estratégico”.***Rodolfo Arango, doctor en derecho constitucional y filosofía, en reportaje con Cecilia Orozco se refiere a la visión que tienen de Santos la izquierda y la derecha: “La imagen de la izquierda sobre el presidente es más atinada porque se ajusta a su historia, sus políticas económicas aperturistas y su obsesión con que el país entre al club de los ricos (Ocde), pese a los riesgos que implica para la consolidación de la paz. La imagen que la derecha difunde parece un cuento orwelliano (de totalitarismo) difícil de digerir”. ***En síntesis, que Santos no es el comunista que entregará el país a las Farc, ni el estadista que obtendrá el Nobel de Paz. Tampoco es el peor ni mejor de los presidentes que lo antecedieron. Lleva a cuestas las políticas erráticas de López, Barco, Gaviria, Turbay, Pastrana, Samper, Belisario y Uribe. Todos repartieron mermelada, con distinto nombre, e intentaron firmar la paz con las Farc, y fracasaron, mientras él, venciendo obstáculos, está a punto de lograrlo, como confesó hace días en Buenaventura, recordando su paso por la Armada: “Aprendí a conducir la nave a puerto seguro, en medio de tormentas y vientos huracanados”.***Entretanto: Y si la imagen del presidente no es la mejor, la del Congreso llegará al desprestigio si los parlamentarios aceptan el aumento a $28 millones que les aprobó el Gobierno, mientras el salario mínimo es de $700 mil. Solo falta que ingresen ‘Timochenko’ y ‘Popeye’ al sagrado recinto de la democracia colombiana.