El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Paz frágil

Lo paradójico es que a los conocidos francotiradores del Acuerdo se suman hoy el Gobierno y las mismas Farc.

29 de septiembre de 2017 Por: Beatriz López

A través de mis largos años de periodista he sido testigo de la violencia que como la medusa de la mitología griega ha azotado al país por cinco décadas. Desde el inicio de las conversaciones entre Santos y Farc rogué para que el proceso no fracasara como en los fallidos intentos anteriores.

***

Los obstáculos que surgieron dentro y fuera de la mesa de La Habana se resolvieron con paciencia por el grupo de asesores comandados por Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, quienes poco a poco lograron vencer la tradicional desconfianza de esa guerrilla. Llegó la firma del Acuerdo en Cartagena, siguió el plebiscito y ahí fue Troya: la oposición validó la diferencia de 50 mil votos como la mejor fórmula de torpedear el proceso.

***

Y es que ni la revisión de los puntos álgidos del Acuerdo, ni el Nobel de Santos, ni el apoyo internacional, ni la entrega de las armas de las Farc, ni la visita del papa Francisco, nada fue suficiente. La paz había que volverla trizas, como dijo uno de los miembros del cenáculo uribista.

***

Lo paradójico es que a los conocidos francotiradores del Acuerdo se suman hoy el Gobierno y las mismas Farc. Santos se pavonea por el mundo, donde repite el libreto de esa paz utópica y total que solo existe en su mente, sin darse cuenta de su fragilidad. Y mientras sigue pregonando los ríos de oro y miel que corren por el país, los guerrilleros inmovilizados viven a cielo abierto en las zonas veredales, en casas a medio terminar, sin agua ni luz, ni acceso a la salud. “Nuestra gente sigue privada de la libertad, muere enferma en prisión o se agrava ante la indolencia estatal”, dijo ‘Timochenko’ en carta a Santos.

***

Es que la improvisación del Gobierno en la implementación de las zonas veredales produjo la deserción de exmiembros de la guerrilla que fueron a engrosar las filas del ELN o de las bacrim o del llamado cartel del Golfo, como es el caso de Édgar Salcedo alias ‘Rodrigo Cadete, excomandante del frente 27, que se esfumó en pleno proceso de desarme.

***

Según El Espectador, “en el Congreso, el segundo y último período del fast track coincidió con un proceso electoral de por medio, que confluye con el rechazo de varios partidos a algunos proyectos para echar a andar el Acuerdo de Paz”. Apenas el martes logró conformarse el costoso y burocrático Tribunal de la JEP (51 personas), después de superar la filtración de varios colados del cartel de la toga.

***

Pero también los excomandantes de las Farc han incumplido con la entrega de los niños de la guerra, y sus finanzas corresponden a la realidad. Un sector da muestras de soberbia al seguir atado a los silogismos de la teoría marxista. Transan peleas intestinas, crean logos que recuerdan su ADN de secuestradores, cuelan narcos en las listas de desmovilizados, piden perdón en Bojayá, y le hacen un homenaje póstumo al ‘Mono Jojoy’, en medio de un país polarizado, donde la paz de Santos no ha dado el paso que pidió a las multitudes el papa Francisco.

***

PD: Fue muy honroso hacer parte del jurado del Premio de Periodismo Rodrigo Lloreda, gracias a la invitación de María Elvira Domínguez Lloreda, directora y gerente de esta amada casa, donde empecé mis primeros pasos en el más hermoso oficio. El País nació hace 67 años, y por él han pasado excelentes periodistas, que a su vez, fueron maestros de varias generaciones. Hoy, como ayer, existe un semillero bajo el cuidado de Diego y Luis Guillermo, que nos dejó atónitos a los miembros del jurado con la calidad de sus trabajos.
***
Felicitaciones a todos por llevar con pasión y ética la antorcha que les dejamos los que ya no vivimos de cerca el fragor de la noticia diaria. Especial felicitación para Olguita Criollo, Reportera del Año, que con sus palabras nos dio una lección de humildad y coraje.