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El perdón de BB

La figura trémula de Belisario Betancur pidiendo perdón por los errores cometidos...

13 de noviembre de 2015 Por: Beatriz López

La figura trémula de Belisario Betancur pidiendo perdón por los errores cometidos durante la toma y la retoma del Palacio de Justicia, me hizo devolver la película 30 años atrás, cuando era editora de orden público en El Tiempo.*** Durante la campaña presidencial del 82, los candidatos eran López Michelsen, Galán y Betancur. El día anterior, Enrique Santos Castillo designó a tres periodistas para cubrir la jornada electoral en la residencia de cada candidato: éramos Daniel Samper, Germán Santamaría y yo. A mí me tocó Betancur.***Llegué a la casa del candidato a las 6 de la mañana. Compartí con su esposa Rosa Elena y con él, la víspera de su llegada al poder. Mientras atendía llamadas del Departamento de Estado de EE.UU. y de su amigo Felipe González desde España, en los breaks me invitaba a su poderosa biblioteca para hablarme de Constantin Kavafis, el poeta de Alejandría que él tradujo al español. ***Este humanista nacido en Amagá, que pasó una infancia difícil y durmió en la banca del parque de su pueblo, buscó la paz en casi forma más delirante que Santos. La oposición del establecimiento y de un vasto sector militar fue mucho más agresiva que la que hoy le hacen a Santos. Como olvidar la frase de Otto Morales Benítez cuando dijo “hay enemigos agazapados contra la paz”. ***Una anécdota: días antes de firmarse la paz con el M-19, un redactor que manejaba la fuente del Ejército, le entregó personalmente al ‘viejo’ Enrique, la noticia del derribamiento de un avión militar por parte del M-19. Le advertí a él y al redactor que había que confirmar esa noticia con el general Vega Uribe, entonces ministro de Defensa. ***La secretaria de Enrique no localizó al Ministro, y la noticia abría primera página. En la noche me llama García Márquez y me pregunta cuál era la chiva del día siguiente. “Si eso se publica, se rompe el proceso de paz”, exclamó. Le dije que el general Vega debía llamar a Enrique Santos, para confirmar o desvirtuar la noticia. Así fue. Todo era un montaje de los mandos medios del Ejército que no apoyaban la paz de Belisario. ***Vino la toma y la retoma. El incendio, el tanque derribando la puerta del Templo de la Justicia, el presidente de la Corte Suprema, Reyes Echandía, clamando por la radio el cese al fuego. Los excesos de la guerrilla y del Ejército, el desfile de rostros desfigurados hacia la Casa del Florero. La noche más oscura de la democracia colombiana, herida que sigue abierta 30 años después. ***Belisario quedó petrificado, su sensibilidad de poeta y humanista, de hombre de paz, no pudo manejar la confrontación entre una guerrilla demente y un Ejército exacerbado por la rabia y la venganza. Perdió el M-19, perdió el Ejército, perdió Betancur, desapareció la elite de la Justicia y perdió el país. ***Entretanto (1): En cambio, nadie entiende la posición de Noemí Sanín de no pedir perdón. Ella, como ministra de Comunicaciones, tuvo la perversa idea de ordenar la transmisión de un partido de futbol, mientras el fuego cruzado entre guerrilleros y militares remataba con tiros en la sien, a la Justicia. Tampoco se entiende al Fiscal Montealegre de revisar los indultos a la cúpula del M-19. ¿Porque esa dualidad de sacar avante la justicia transicional con las FARC y remover un caso juzgado como el del M-19?Entretanto (2):Juan Carlos Uribe, jefe de Relaciones Publicas y Protocolo de la Gobernación logró que el gerente general de Pintuco, el caleño Andrés Ortega Méndez donara 54 galones de pintura para enlucir la Biblioteca Departamental. ¿No la han visto como quedó de preciosa?