“Se están tirando la paz”

Estoy de acuerdo con Humberto de La Calle cuando afirmó “Se están tirando la paz. Así, en castellano. Sin hipocresía. Se están tirando la paz”.
Sigo con sus palabras: “Primero, Uribe y Duque vienen construyendo un tejido de falacias y de odios que fueron conduciendo a buena parte de la población a la nostalgia de la guerra”.

“La Corte Constitucional le abrió la puerta al Congreso para traicionar y romper el Acuerdo. Al Centro Democrático se unió en esa tarea Cambio Radical, con el auspicio de las vacilaciones del doctor Vargas Lleras... Las Farc tampoco han dado el paso de mostrar empatía suficiente con los colombianos. Y al Gobierno le ha quedado grande la implementación”.
“Esto es un llamado de contenido nacional. Como vamos, vamos a la guerra con los ojos cerrados”.

“Este es un tema que va más allá de mi campaña electoral. En este momento es más importante que los colombianos tomen conciencia del desastre que se avecina. Pido a la Colombia que más ha sufrido que se movilice. Y a la Colombia urbana indiferente que tome conciencia del freno que implica la guerra para el futuro de este país como comunidad solidaria”.

“Hoy quienes se están tirando la paz están desconociendo los millones de colombianos desplazados, las millones de familias destruidas, el dolor de las viudas y el sufrimiento de las madres que le han entregado sus hijos a la guerra. Madres de soldados y madres de guerrilleros”.

“Invito particularmente al doctor Duque que vaya y le ponga la cara a Bojayá, al Salado, a La Chinita y a Montes de María y les diga de frente a cada una de las víctimas cómo es que piensa hacer trizas el Acuerdo”.
Estas palabras deberían devolver la cordura a millones de ciudadanos que están en capacidad de votar y definir el futuro de Colombia.

Las falacias de Duque y Petro, extremos de la misma cuerda lo que están pretendiendo, sin ningún sentido de Patria, es promover el miedo y devolver a Colombia a la caverna clientelista y de ultraderecha, manipulado todo por la mano negra y tenebrosa de Uribe, José Obdulio, Ordóñez y empresarios que solo piensan en su bolsillo.

Por el otro lado el populismo barato de Petro, que trata de conquistarse a una juventud rebelde y al descontento, al resentido y al ignorante, prometiéndole el oro y el moro, utilizándolos como idiotas útiles para reventar este país.

Ambos, Petro y Duque, manipulan. Se desafían. Se muestran los colmillos. Ninguno piensa en Colombia.

¿Nos vamos a dejar? ¿Millones, millones de colombianos vamos a vender nuestras conciencias?

Estamos a tiempo de reaccionar. Todo depende de nosotros. Los que no nos vendemos ni nos atemorizamos. Somos mayoría. ¡Hagámonos sentir!

PD. ¡A la Calle! A la calle todos los que queramos la paz. No podemos resignarnos a dar marcha atrás. ¿Dónde estamos escondidos los millones de colombianos, jóvenes, mujeres hombres, ciudadanos que no queremos más sangre, ni populismos, ni expropiaciones, ni corrupción? ¿Nos vamos a quedar sentados viendo cómo arden las estructuras de un país que está saliendo de cuidados intensivos y recuperando poco a poco, paso a paso, su sanación? ¡Todavía tenemos tiempo! ¡Somos mayoría!
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