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¡Felicidades, Mafer!

Ejecutiva y a veces distante. Respetuosa y divertida. Yo la rebautice coloquialmente como “una hormiguita atómica”, por incansable, con una energía gigante dentro de ese cuerpo menudo y casi adolescente.

21 de junio de 2021 Por: Aura Lucía Mera

No todas son malas noticias. El nombramiento de María Fernanda Penilla en la Secretaría de Bienestar Social es una garantía de que esa dependencia estará en las mejores manos.

María Fernanda es como un volcán en erupción. Honesta, incansable, frentera y disciplinada. Ideas claras, autonomía, liderazgo, dispuesta y apasionada para cumplir sus metas.

Tuve la fortuna de conocerla hace unos años cuando fue directora de la Biblioteca Departamental. Creo que era el segundo año del Festival de Literatura Oiga Mire Lea. Desde la primera reunión que tuvimos el comité gestor con ella, me llamó la atención por directa. ”Puede que yo no sea experta en literatura, pero sí me considero buena administradora”, fueron más o menos sus palabras. Al grano. Punto.
Aceptó trabajar con Catalina Villa como coordinadora y el Oiga Mire Lea se disparó como un cohete.

Ejecutiva y a veces distante. Respetuosa y divertida. Yo la rebautice coloquialmente como “una hormiguita atómica”, por incansable, con una energía gigante dentro de ese cuerpo menudo y casi adolescente. Y lo que más admiré fue su honestidad a rajatabla.

Cuando terminó su ciclo en la Biblioteca, la invitamos a formar parte del Comité Gestor y en todos estos años María Fernanda pasó a ser una amiga entrañable que además nos aporta sus ideas siempre certeras.

Me alegré con este nombramiento. El alcalde Ospina acertó en dejar en sus manos la Secretaría de Bienestar Social fundamental para estos momentos que vive la ciudad. Actualmente no es cuota política de nadie.
Al fallecer Clementina Vélez, su mentora, se retiró del servicio público para asesorar empresas públicas y privadas. El alcalde Ospina la contactó por su hoja de vida y sus desempeños profesionales.

Enfocará su labor en los temas de la primera infancia, que todavía no arrancan. Trabajará en equipo con la Arquidiócesis de Cali y no se estancará contemplando el retrovisor de qué se dejó de hacer, etc. Como ella misma lo afirma,en un excelente reportaje que dio para este diario, “Conozco el tema público, el tema legal y soy una mujer de hechos“. Le creo. Priorizará la alimentación y la atención de la primera infancia.
Empleabilidad y educación, y con empresas privadas los temas de rehabilitación y fármacodependencia.

Cumplirá. De eso estoy absolutamente segura. Sin dejarse manosear ni aceptar injerencias politiqueras. Además, María Fernanda es una abanderada contra la violencia de género. Ella misma tiene una fundación que acoge y ayuda a mujeres maltratadas. Repito. Estupendo nombramiento. ¡Mafer, buen viento y buena mar!

***

Posdata. En la Biblioteca Departamental estamos con Mónica Perlaza, otra súper mujer, líder y trabajadora incansable. Oiga Mire Lea sigue en las mejores manos. Ahora estamos de luto. El domingo, a sus 61 años, murió de un infarto matrero y silencioso Juan Forn, escritor, editor, reportero. Un personaje que cambió la historia de la literatura argentina.
Nos acompañó hace dos años en Oiga Mire Lea y la audiencia lo amó.
Irreverente, divertido, contestatario, admirador eterno del Nadaísmo, vivió a mil, se chupó la vida con pasión hasta agotarse el mismo. Pasó por Cali como un rayo, pero nos dejó su luz y su huella.

Recuerdo que le regalé un ejemplar ya incunable de la mini revista Nadaísmo Setenta. Nos despedimos con un abrazo cálido y carcajadas contagiosas. Me lo imagino entrando como un tsunami al más allá y llenándolo de risas y palabras. Hasta luego Juan, ojalá cuando me toque el turno nos encontremos en el pabellón de las palabras y las risas, junto a Quino y Fontanarrosa. Por qué no.

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