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El Bulevar Avenida Colombia

Lo acabo de recorrer. Paso a paso, en compañía de las amigotas....

11 de junio de 2013 Por: Aura Lucía Mera

Lo acabo de recorrer. Paso a paso, en compañía de las amigotas. Gorro, sudadera, algunos pesos en el bolsillo y zapatos caminantes. Confieso que superó todas las expectativas. Quedé boquiabierta. Volver a ver el edificio Garcés, el Pielroja, el hotel Meléndez... Sentir el viento fresco de la mañana, asomarse a un río con agua y enmarcado de guaduales y árboles.Me siento una privilegiada de ser testigo del cambio de Cali. Recuerdo, en la infancia, cuando con Tato el conductor del viejo Desoto, arrimábamos al edificio Garcés y mi papá salía a la ventana saludándonos con su mano para que le esperáramos. La Fuente de Soda del edificio, donde se vendían los mejores helados y los sandwiches más exquisitos. El Pielroja donde tenían sus oficinas los mejores abogados, en ese interior morisco, imponente… Verlos ahora, desde el Bulevar es caminar el presente recordando la vida, que transcurre como el río, fluido y sin detenerse jamás. Hacer memoria para imaginar lo que hubiera sido el Alférez Real, el Batallón Pichincha, si manos criminales en aras a un progreso estúpido no los hubieran demolido.Felicitaciones a los arquitectos y diseñadores. Lograron combinar la sobriedad con el espacio y la estética. Sus barandas ‘oxidadas’ están a la altura de los grandes paseos peatonales de Europa. Los rincones de flores, perfectos. Las buganvilias y las bifloras cuando crezcan serán un espectáculo. Los espacios para poner publicidad en forma ordenada y estética, de primera. Las bancas invitando al descanso... en fin. No entiendo las críticas ni las envidias del pueblo. Todos deberíamos estar orgullosos de este logro.Sugerencia urgente... La Alcaldía debe ordenar, sin derecho a pataleo, que esas culatas descascaradas de esos edificios en vía de descomposición, se pintaran, o se convocara a artistas o alumnos de artes plásticas para embellecerlos como murales. Lo que no podemos permitir es que sigan allí, como ruinas de una bomba atómica. Otras edificaciones las deberían rescatar. Y no está de más sugerir la demolición de algunos esperpentos como las salas de cine cerradas y otras que son una bofetada de vulgaridad y mal gusto...La Ermita se ve linda donde está y como está. Cali se reencuentra con su ciudad y sus ciudadanos. Todos a darnos la mano, a unirnos y a integrarnos. Gracias Jorge Iván por haber tenido la osadía impensable de arrancar y sacudirnos del marasmo en que estábamos sumergidos. Y gracias al alcalde Rodrigo Guerrero por haberle dado continuidad y haber terminado las obras. A todo señor, todo honor.***P.D. Resaltar que en estos últimos días las encuestas sobre el alcalde Guerrero y su equipo se han disparado hacia arriba. Ya Cali esta cayendo en cuenta el lujo de alcalde que tenemos, su equipo de profesionales que trabajan con amor por su ciudad y conocimiento en cada tema, cero burocracia, cero roscas, cero robos, alguna que otra alimaña que se quedó pegada, pero ya las tienen bastante cercadas para que el daño que hagan sea cada vez menor.Cali tiene que seguir eligiendo gente de primera. Ni un paso atrás. Las ratas a su madriguera. Cali ya es de nuevo una pequeña sucursal...

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