“Tú eres el Mesías”

“Tú eres el Mesías” fueron las palabras con las que el Apóstol Pedro, en nombre de los Doce Apóstoles, respondió a la pregunta de Jesús: “¿Quién decís que soy yo?”. Ellos, los Doce, hombres del común y corriente, sencillos pero con un gran deseo de trascendencia, fueron capaces de vislumbrar en Jesús a alguien más que a un simple hombre: vieron en Él al Salvador que tanto esperaban. No lo vieron como UN salvador, sino como El Mesías, es decir, como EL ÚNICO Salvador.Hoy, después de más de 2.000 años, Jesús nos repite la pregunta a cada uno de nosotros. Él no quiere pasar desapercibido ante nadie, porque sabe que sin Él nuestra vida sería vacía. Cada uno debemos darle personalmente una respuesta. ¿Podemos decir con certeza, en medio de las difíciles circunstancias por las cuales atravesamos, que Jesús es El Salvador? ¿O somos de los que todavía colocamos nuestra confianza solo en una persona, en grupos de personas, en proyectos, en instituciones? Cada uno tiene la libertad para aceptar o rechazar a Jesús como su Salvador. Quienes aceptamos a Jesús como el Salvador de nuestra vida, debemos acudir constantemente a Él para que ilumine nuestro caminar; para que nos dé su fortaleza para no tomar ninguno de los caminos vacíos y superficiales que la vida nos presenta continuamente; para convertirnos en los artesanos de la paz que solo Cristo nos puede dar. Si así lo hacemos, Él nos salvará de nuestros vacíos, miserias y esclavitudes y nos dará la vida nueva que sólo Él, como verdadero Hijo de Dios, nos puede dar: Vida de alegría y de paz. Vida llena de esperanza y de amor sin límites.Quien lo rechace, estará asumiendo al mismo tiempo la construcción de una vida sin la posibilidad de un verdadero horizonte de eternidad.¿Cuál es tu decisión?