¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?

El Evangelio de hoy nos trae esta pregunta que, en la sinagoga de Cafarnaún, le dirigió al Señor Jesús un hombre que poseía un espíritu inmundo. Una pregunta que más parece un reto, fruto de la prepotencia de un corazón cerrado a aceptar el señorío de Dios sobre su vida. ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? Es la pregunta que también hoy pareciera estar en el corazón de quienes de manera absurda, han emprendido una arremetida contra los valores y principios morales en nombre del mal llamado “Estado Laico”.Quienes miran a Dios como una amenaza para su vida, para su manera de actuar e incluso de pensar y que, por lo mismo, pretenden sacarlo no sólo de su vida sino que se atreven a querer imponer una sociedad sin Dios, es porque no han entendido que Dios está es a favor de la vida y de la grandeza de cada ser humano.Quienes tenemos fe tendremos siempre la alegría de escuchar más bien de boca del Señor Jesús la pregunta que, en su momento le hiciera a Bartimeo, el ciego de nacimiento: ¿Qué quieres que haga por ti? Porque así es Dios: siempre atento a darnos su vida y, con ella, todo lo que requerimos para llevar la vida que tanto anhelamos, llena de paz, de alegría, una vida llena de sentido.A la pregunta del endemoniado, Jesús le increpó: “Cállate y sal de él”. Es lo mismo que nos pide hoy: saquemos de nuestra mente la idea de querer construir una vida y una sociedad sin Dios. Aprendamos que, al colocar a Jesús y su Palabra en medio de nuestra vida y de nuestra sociedad, no perdemos nada, porque Él nada nos quita. Por el contrario, Él todo nos lo da.