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Misericordiosos siempre

“No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia...

10 de julio de 2016 Por: Arquidiócesis de Cali

“No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio”, (Papa Francisco. Bula El rostro de la misericordia, n. 15).Adelante en el año jubilar de la misericordia, la liturgia de este domingo nos propone la parábola llamada del buen samaritano. En ella se describe la dolorosa escena de un hombre que ha sido asaltado por unos ladrones y dejado solo, herido y sin nada. Pasan junto a él varias personas, entre las que se destacan un sacerdote, un levita y quien sabe cuántos otros más. Finalmente, pasa un extranjero, que tuvo compasión de quien encontró medio muerto. Para este samaritano, nadie era extranjero, nadie le era indiferente, por eso sintió mover sus entrañas cuando encontró este herido. Fue compasivo.No es de extrañar, que esta misma realidad se viva hoy. ¿Cuántas veces, por ejemplo, puede haber heridos por un accidente a los que nadie socorre? O, ¿cuántos más podemos encontrar un herido por un asalto o por una pelea y nadie lo socorre por ‘evitarse problemas con la justicia’, como seguramente pensaron el sacerdote y el levita del evangelio?Y lo que es peor, ¿cuántas veces nos estamos acostumbrando al dolor, a la orfandad, al habitante de calle, a la muerte? El papa Francisco habla de una “indiferencia que humilla”, indiferencia que seguramente quiere prevalecer en estos tiempos.El Evangelio nos invita a ser solidarios ante quien sufre, sabiendo que la obra de misericordia de ayudar a quien tiene necesidades, es una forma de hacer visible la misericordia y el amor de Dios.Si queremos construir un mundo más humano, es clave que en Cali, que en el Valle del Cauca y que en Colombia no haya más indiferencia, sino solidaridad, ayuda fraterna y justicia.

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