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La familia forma la verdadera humanidad

No hay duda que las manifestaciones del miércoles 10 de agosto en...

21 de agosto de 2016 Por: Arquidiócesis de Cali

No hay duda que las manifestaciones del miércoles 10 de agosto en las principales ciudades de Colombia contra la ideología de género que el Ministerio de Educación del gobierno actual pretende imponer a nuestros niños, adolescentes y jóvenes usurpando el derecho fundamental de los padres de familia que son los únicos y principales educadores de sus propios hijos, fue una alerta muy significativa para todas las instancias colombianas donde se juega la delicada responsabilidad de formar a los futuros colombianos.Y fue, sin lugar a dudas, una iniciativa de los padres de familia que han ido tomando conciencia de que sus hijos no pueden quedar expuestos a una manipulación ideológica que en lugar de identificar su verdadero género, pretende desorientar y confundir a los unos y a las otras.El papa Francisco en las catequesis sobre la familia del año 2015 dijo con voz profética varias afirmaciones que me parecen muy importantes traerlas en este comentario: “Muchos padres de familia han caído en la tendencia de confiar la educación de sus hijos cada vez más a los ‘expertos’, incluso en los aspectos más delicados y personales de su vida, ubicándose ellos mismos en un rincón; y así los padres hoy corren el riesgo de autoexcluirse de la vida de sus hijos. Y esto es gravísimo”.Y con relación a la ideología de género expresó: “Me pregunto, dice el Papa Francisco, si la así llamada teoría del género no sea también expresión de una frustración y de una resignación, orientada a cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma. Corremos el riesgo de dar un paso hacia atrás. La remoción de la diferencia, en efecto, es el problema, no la solución”.De todas formas, las personas humanas, varón y mujer, el matrimonio, el hogar, la familia como Dios las propuso desde la creación del mundo sigue siendo el referente de una sana antropología que le ha dado al mundo a través de todas las culturas y de todos los tiempos la riqueza más grande en humanidad, en calidad de vida, y de esta forma se han transmitido de generación en generación los principales valores de la humanidad.Tan sagrado es el amor en familia que San Pablo en su carta a los efesios lo compara al amor de Cristo por la Iglesia. Efesios 5, 29-33. “Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido”.

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