El pais
SUSCRÍBETE

La alegría del creyente

En la liturgia que celebramos los creyentes, se llama a este domingo...

15 de diciembre de 2013 Por: Arquidiócesis de Cali

En la liturgia que celebramos los creyentes, se llama a este domingo Gaudete, es una palabra en latín, significa Alégrense.El motivo de esta alegría es porque la Navidad está cerca. Y un personaje bíblico, tal vez poco conocido, llamado Juan Bautista, estando en la cárcel envía mensajeros a Jesús de Nazaret con esta pregunta: ¿Eres tú el que había de venir o tenemos que esperar a otro? En la respuesta Jesús no habla de gestos de poder y gloria, sino de gestos de misericordia: Los ciegos ven, a los pobres se les anuncia la buena noticia y encima añade una bienaventuranza: “Dichoso el que no se escandalice de mí”. Eso quiere decir que Dios ha escogido el camino humilde y sencillo de la encarnación para traer la paz, la alegría y la salvación. No ha escogido el dominio, el miedo, la imposición. Por eso la fe es un regalo de Dios, una oferta, una propuesta salvadora que respeta la libertad de cada uno de nosotros y sólo pide apertura gratuita, respuesta generosa. El Papa Francisco ha escrito recientemente un bello texto que precisamente lleva el título de La Alegría del Evangelio, allí nos invita a salir del individualismo: “Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien” (n. 2). Normalmente nosotros entendemos por “alegría” la propia diversión. La Biblia, en cambio, menciona la alegría entre los frutos del Espíritu Santo y habla de un Dios que se alegra al encontrar la oveja perdida o la moneda envolatada.Dios y alegría son pues sinónimos. La alegría se celebra en la liturgia, en la Eucaristía, como acción de gracias por el triunfo de la vida sobre la muerte, y la alegría es también el modo en que los creyentes ofrecen resistencia en un mundo de dolor y de injusticia. Con razón san Bernardo de Claraval decía que los creyentes son personas con flores en las manos.

AHORA EN Arquidiocesis De Cali