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Jornada de oración por Buenaventura

Ponemos en tus manos esta pandemia y todas sus víctimas para que tengas misericordia de nosotros

1 de agosto de 2021 Por: Vicky Perea García

Por: monseñor Rubén Darío Jaramillo M., obispo de Buenaventura

¡Escuchen, reyes, y comprendan! ¡Aprendan, jueces de los confines de la tierra! ¡Presten atención, los que dominan multitudes y están orgullosos de esa muchedumbre de naciones! Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibo del Altísimo: Él examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios. (Sab. 6, 1-3).
Oración 3. - S.S. Juan Pablo II

Dios de infinita misericordia y bondad, con corazón agradecido te invocamos hoy. Cristo Dios reconcilió al mundo consigo. Que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los llames a seguir el camino de reconciliación y paz.

Señor, tú diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de corazón. Ayúdanos a derribar las barreras del odio y la división y a construir juntos un distrito que goce de justicia y solidaridad. Ponemos en tus manos esta pandemia y todas sus víctimas para que tengas misericordia de nosotros, nos des obediencia a las normas del Estado y nos protejas de todo mal y peligro. A los enfermos contagiados dales esperanza y fortaleza para que muy pronto se reestablezcan y a los que ya partieron concédeles el perdón de sus pecados y una vida dichosa junto a ti.

Señor, tú creas cielos nuevos y una tierra nueva. Te encomendamos a los jóvenes… En su corazón aspiran a un futuro más luminoso; fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz y heraldos de una nueva esperanza para sus pueblos.

Padre, tú haces germinar la justicia en la tierra. Te pedimos por nuestras autoridades civiles, por nuestro alcalde Víctor Hugo Vidal Piedrahita y todos sus colaboradores, para que se esfuercen por satisfacer las justas aspiraciones de este pueblo y eduquen a las comunidades en la justicia y en la paz. Impúlsalos a trabajar generosamente por el bien común y a respetar la dignidad de toda persona y los derechos fundamentales que derivan de la imagen y semejanza del Creador impresa en todo ser humano. Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz duradera.

Te pedimos por todos los que creen en el evangelio de Jesucristo. Guía sus pasos en la verdad y el amor. Haz que sean uno, como Tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz que supera todo conocimiento y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad, el pecado y la muerte.

Señor del Cielo y de la Tierra, Creador de la única familia humana, te pedimos por los seguidores de todas las religiones. Que busquen tu voluntad en la oración y en la pureza del corazón, y te adoren, y glorifiquen tu Santo Nombre.

Ayúdanos a encontrar en ti la fuerza para superar el miedo y la desconfianza, para que crezca la amistad y vivamos juntos en armonía. Danos la unidad que desde el huerto de los olivos tú pediste antes de tu muerte. Haz que podamos reactivar nuestra vida cotidiana con normalidad y seguridad. Ayuda a quienes están padeciendo el hambre, la escasez o la pérdida del empleo.

Padre misericordioso, que todos los creyentes encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas del pasado y no sean pretexto para nuevos enfrentamientos en el presente. A la Madre de Jesús, la bienaventurada siempre Virgen María, le encomendamos a los hombres y mujeres que viven en esta hermosa tierra. Que, al seguir su ejemplo, escuchemos la palabra de Dios y tengamos respeto y compasión por los demás, especialmente por los que piensan distinto.

Que, con un solo corazón y una sola mente, trabajemos para que todo el mundo sea una verdadera casa para todos.

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