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El mundo necesita ser ‘misericordiado’

La experiencia de fe en nosotros los cristianos, debe ser entendida como ‘movimiento’. La fe es dinámica, no estática.

15 de septiembre de 2019 Por: Vicky Perea García

Por: presbítero Diego Fernando Guzmán Ruiz, secretario privado Arzobispo de Cali

La experiencia de fe en nosotros los cristianos, debe ser entendida como ‘movimiento’. La fe es dinámica, no estática. El ser humano alejado de Dios por causa de la fractura originada por el pecado, experimenta la lejanía y la ausencia de Dios Amor. Pero Dios no se conforma con esta trágica realidad, se ‘mueve’ acercándose al ser humano, para tocarlo con su realidad divina, humanizada en Jesucristo. El Señor Jesús, voz del Padre, comunica el querer de Dios, a través de gestos y palabras cercanas, llenas de humanidad, para motivar que el género humano entero, también se ‘mueva’, se acerque al Dios que sólo sabe salvar.
En la parábola del Padre Misericordioso, Jesús nos muestra la clara personalidad del Padre, que ni siquiera dejar llegar a su hijo extraviado y ya sale (se mueve) al encuentro de aquel que siempre ha amado. Lo besa, lo toca, lo abraza, en pocas palabras ‘lo misericordia’. Si, Dios nos ‘misericordia’, constantemente nos ha ‘misericordiado’. Este neologismo, que el Papa Francisco nos ha regalado, nos ayuda mucho a entender la personalidad de Dios, para que nosotros siendo ‘misericordiados’, también hagamos exactamente lo mismo.
La misericordia, es el principal atributo de Dios, que busca fundamentalmente ‘salvar’. “Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado” Lc. 15,32. El gozo de lo que estaba perdido y ha sido recuperado, implica moverse para ir al encuentro, buscando y encontrando, para finalmente rescatar. Una alegría semejante, sólo se compara al gozo que experimentamos cuando encontramos al ser querido que vuelve a casa, luego de haber estado cautivo. O el hijo que logra superar sus adicciones y es capaz de volver al encuentro con su familia. En el corazón de Dios hay gran alegría cada vez que uno de sus hijos logra volver a él, hay gran gozo cada vez que uno de sus hijos se deja ‘misericordiar’.
La fe es movimiento, la fe en Jesús, rostro misericordioso del Padre, es acción pura que nos invita a no tener miedo de acercarnos para ‘misericordiarnos’, para tocar la carne de aquellas ovejas perdidas que necesitan ser reincorporadas al redil. Cada ser humano, cada hijo de Dios, es una moneda de gran valor, que está perdida y necesita ser encontrada. Alegrémonos y hagamos fiesta, pues tenemos un Dios, que nos ‘misericordia’, que nos encuentra y nos rescata. Permitamos que el mundo sea rescatado por la misericordia de Dios ‘Todomisericordioso’. El Reino de Dios, es de aquellos que han sido ‘misericordiados’, por el Padre a través del Hijo Jesucristo. Que el mundo permita que la fiesta de la misericordia se realice, para que lo que estaba muerto resucite y lo que estaba perdido sea hallado.

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