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“Conozco a mis ovejas y ellas me conocen”

Esta es la razón por la cual Jesús nos propone un estilo diferente para hacer el trabajo pastoral; pues quien está realmente comprometido con la labor estará dispuesto a muchos sacrificios por el rebaño encomendado

25 de abril de 2021 Por: Arquidiócesis de Cali

Por: Wiston Mosquera Moreno, Pbro., Vicario general de la Arquidiócesis de Cali.

Entre los diversos títulos y símbolos a los que recurren los autores del NT para expresar la función mediadora y salvífica de Jesús, se distingue por su fuerza evocadora el de Pastor, fiesta que la Iglesia nos invita a celebrar con entusiasmo en este cuarto domingo de Pascua y hoy llama a todo creyente a fijar su mirada en el pastor de los pastores, como lo cantamos en el gran himno de pastores. “Conociendo en la fe su fiel presencia, hambrientos de verdad y luz divina etc”.

Con este título se atribuye a Jesús el papel de protección y de guía salvífico propio de Dios en el AT. Salmo 23,1. Y desde luego referido por participación al Mesías Ez. 34,20-23;37,23-24 y Jer.23, 1-6. Jesús es el pastor que da la vida por sus ovejas, las salva y las reúne mediante su muerte y resurrección.

En el origen de este título cristológico hay que reconocer la referencia que hizo Jesús a esta imagen bíblica para interpretar sus opciones de acogida y de solidaridad con los pobres y los pecadores, el evangelio de hoy interpreta la imagen del pastor que se aplica a sí mismo con tres rasgos característicos que podemos destacar aquí. Jesús es el buen pastor. Pastor único de un solo rebaño. Pastor que da libremente su vida por las ovejas.

Esta es la razón por la cual Jesús nos propone un estilo diferente para hacer el trabajo pastoral; pues quien está realmente comprometido con la labor estará dispuesto a muchos sacrificios por el rebaño encomendado. Infortunadamente no todos los pastores han cumplido con la divina tarea de pastorear sin desfallecer, sin caer en la desgracia de escandalizar a sus propias ovejas, por lo cual para muchos no todo ha sido un seguimiento genuino del buen pastor sino una traición a la confianza depositada en ellos.

Por este motivo el profeta Ezequiel denuncia a los líderes que se convierten en opresores de sus hermanos. De lo cual no se ha salvado nuestra Iglesia ni ninguna organización religiosa ya que han tenido en sus filas a lobos revestidos de ovejas. Jesús a estos pastores los califica de mercenarios porque han traicionado su misión y engañado a su comunidad. Este evangelio nos deja claro que el que no es pastor cuando ve venir al lobo, las abandona.

Aprendamos a reconocer al verdadero pastor, a ese que es manso y humilde de corazón, a ese que nos dice con cariño sincero “vengan a mi todos los que están cansado y yo los aliviaré”. Con alegría exhortamos a los jóvenes que se preparan para ser pastores a que no desfallezcan en la respuesta a esa llamada, que sean generosos y se dejen moldear por Jesús buen pastor que les dice a ellos y a todos. Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas y todas las del redil me conocen a mí, del redil la puerta soy, dejo entrar a mis ovejas, ellas conocen mi voz, es la voz de su pastor.

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