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¡A cambiar de negocios!

En estos impredecibles tiempos de pandemia, el afán de ganancia y de lucro incesante se cambia por la disponibilidad de todos para ganar la batalla de la salud y la subsistencia, por la oportunidad de construir un futuro con nuevas metas y nuevos métodos.

26 de julio de 2020 Por: Arquidiócesis de Cali

En estos impredecibles tiempos de pandemia, el afán de ganancia y de lucro incesante se cambia por la disponibilidad de todos para ganar la batalla de la salud y la subsistencia, por la oportunidad de construir un futuro con nuevas metas y nuevos métodos.

Estamos en ‘revisión de vida’ todos. Solamente los torpes y necios, los suicidas enceguecidos, se quedan en los inamovibles en que estaban desde siempre.

Se requiere una luz interior que transforme la propia libertad, que permita ver la vida como totalidad y no como instante, que haga trascender el alma más allá de su cuerpo y de su mundo: que se enamore del ‘tesoro escondido’ en un solar ajeno y de la belleza seductora de ‘una perla de gran valor’ en una joyería.

Enamorarse uno hasta ‘vender todo lo que tiene’ es la esencia de esa libertad más atada a la sabiduría de la vida que al éxito en los negocios y empresas. Un tiempo como este del Covid-19 tiene que liberar los informes financieros y las auditorías de criterios como ‘buscar el punto de equilibrio’, ‘aumentar el Ebitda’, (‘ganancias brutas’) o hacer subir las columnas comparativas de excedentes. Es tiempo de ‘decrecimiento’ económico en función de solidaridad socio ecológica: con los pobres y con la tierra. Si nos reconocemos amados por Dios, también seremos capaces de amar a Dios. Y “para los que aman a Dios, todo les sirve para bien”, (Romanos 8,28).

Como la bíblica institución del ‘Año de gracia del Señor’ o “Año sabático” (Levítico 25), que bien podrían leer todos los financistas y economistas en pandemia, “ustedes sólo son huéspedes y forasteros en mi tierra” (25,23). Dios, prójimo, vida y tierra están por encima de cifras y calculadoras, de estrategias y modelos de libre mercado.

¡A cambiar de negocios! ¡A cambiar de metas y métodos! A asimilar la sabiduría ‘eco-nómina’, “los valores y leyes de la casa común”, mandan decir.

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