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“El tiempo somos nosotros mismos”

Y nunca más oportunamente dicha esta frase del papa Francisco, que además...

31 de marzo de 2013 Por: Antonio José Caballero

Y nunca más oportunamente dicha esta frase del papa Francisco, que además lleva ingredientes para tener en cuenta ahora cuando estamos a punto de iniciar la octava ronda de diálogos en La Habana , Cuba: “Si queremos cambiar el mundo , empecemos por cambiar nosotros”.Sí señores del gobierno y de las Farc. Algunos afuera nos cuentan que la cosa va bien pero muy lenta. Otros incendiarios lanzan diatribas contra la paz pensando en sus fortunas que de pronto les toca compartir un poco con los campesinos de Colombia, los verdaderos trabajadores de la tierra. Y no falta quien amenace oficialmente con levantarse de la mesa “si vemos que no hay voluntad de paz”. Claro que no faltan las acostumbradas arengas de entrada a cada sesión para cualquier cosa; para un pésame internacional o para un saludo papal o para joder, que ha sido la constante, y tratar de introducir un tema que no está en la agenda firmada. En fin, que ya sabemos el itinerario de los diálogos y solo nos queda la fe. Aquello que el padre Astete, el del catecismo primero, nos resumía como “creer en lo que no hemos visto” porque ni la guerrilla ni el gobierno han revelado nada, y hacen bien si no hay nada que contarle al país.Pero, “el tiempo somos nosotros”, y con esta premisa sea o no para tiempos de reelección deberían acelerar las discusiones por la credibilidad y la ansiedad externas. Cero y van ocho y nada que el tema de tierras llega al acuerdo y solo escuchamos peleas afuera (las republiquetas del ministro), y las “propuestas que las Farc hacen con su mentalidad de finqueros chiquitos para atomizar el país agrario que hasta ahora integra más del 50% de las etnias nacionales”. Peligroso dividir en lugar de compartir, lo mejor para integrar y pacificar.Creo que sobre todo el gobierno debería guardar prudente silencio ante las provocaciones cotidianas que ya conocemos. “El silencio muchas veces no otorga. Sólo que veces no dan ganas de discutir con idiotas”.Ah, y prohibir las visitas de los oportunistas politiqueros que quieren mostrarse interesados por el país a la hora de las cámaras. Por ejemplo, ¿qué aporte a la mesa, aparte de parar el ritmo que los invitados imprimen en cada etapa, hicieron los padres de la patria que con viáticos pagados por nosotros y guiados por el opinador universal del Congreso fueron a La Habana?Pongámonos serios y dejemos que cada uno cumpla la función. Desde allá nos contarán los resultados porque todos tienen un compromiso con el país y el mundo. No hay excusa para que sigan anegando de sangre al país. Y falta dar la cara a las víctimas, encarar el narcotráfico y definir la forma de participación política para finalizar el conflicto y empezar el camino de la paz. ¿Será mucho pedir?Señores en La Habana: el tiempo son ustedes.PD: El vía crucis de Isaías Duarte Cancino continúa. Once años de impunidad en este país acostumbrado a ella desde Gaitán, para no mencionar a los desaparecidos condenados a la montaña del olvido. Ahora seguirá la lesa humanidad y el archivo de este genocidio de un hombre de paz, que pensó en hablar con los criminales y que advirtió al Valle de la olla política podrida en la que estaba cayendo. En esa olla se está cocinando.