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El mundo del Mundial

Alrededor del Mundial hay otro mundo que poco o nada tiene que...

27 de junio de 2010 Por: Antonio José Caballero

Alrededor del Mundial hay otro mundo que poco o nada tiene que ver con la pasión de los estadios. Por ejemplo, lo que más preocupa a Shakira es aguantarse las ganas de comer chocolate, por lo cual debió someterse a severa dieta antes de rodar el comercial sexy que puso a más de uno a contonearse con las caderas más estupendas del mundo. Eso sí, apenas terminarlo, siete trozos de la tarta más rica que encontró.Supimos también que el escándalo de los franceses no sólo fue con Anelka, el grosero jugador que insultó a Domenech. Resulta que este tampoco es una pera en dulce y terminado el partido contra Suráfrica, su colega Parreira fue muy caballeroso a despedirlo, ofreciéndole la mano. Domenech escupió rabioso el suelo y volteó la espalda al brasileño. Éste lo agarró por la chaqueta, lo increpó por su desmán y lo invitó a una despedida caballerosa. Meses antes, Parreira había declarado que Francia se había colado al mundial “gracias a una mano milagrosa de Tierry Henry que todo el mundo vio”.En Ciudad del Cabo vi a monseñor Desmond Tutu, Nobel de Paz por su trabajo por la reconciliación de África. Recuerda mucho a Cali y a Colombia y me dijo que desde cuando conoció nuestra realidad no cesan sus oraciones para que encontremos la verdad, la justicia y la reconciliación, los tres estados que el propuso para llegar a la igualdad después del apartheid. Me dijo: “pienso que Dios sigue teniendo ese sueño que cuento en mi libro, Un mundo unido por la paz y la libertad”.La belleza esta presente aquí, en las Miss Mundo de los países que siguen en la segunda ronda del torneo. Hablé con la brasileña, Juliana Bertolini, hermosa mujer con ojos castaños, dorada por el sol de Ipanema. Una palmera de nuestro trópico con un metro y ochenta centímetros de atributos para ser la más linda del mundo. Me dijo que espera llevar a Brasil la sexta copa del mundo, y que de regreso quiere bajar del avión abrazada de ‘Kaka’, su ídolo, para mostrarle al planeta que su país es “O melhior do mundo”.Ganas dan de bailar en las calles de Soweto con las marimbas de madera salvaje que los niños tocan en la calle Mekeba, tributo de África a Miryam Makeba, la reina del ‘pata-pata’. Me acuerda a Leonor González Mina, ‘La Negra Grande de Colombia’.Y estuve en el hospital-museo de Cape Town, donde Christian Barnard se atrevió a tocar por primera vez en la historia el corazón. Impresionante lo que se siente. Se ve al hombre científico, al médico, al profesor, al hombre preocupado por el hombre. Y se ve también al hombre superado por la fama al pie de Lollobrigida, de Sofía Loren, de Grace de Mónaco, Golda Meir, Paulo VI y Lyndon Jhonson, personajes que como él escribieron la historia. “La vida tiene que ser bella y feliz desde el primero hasta el último día. Sobre todo al final, la vida tiene que ser aquello que se llama buena vida”. Ahora, ante la mediocridad del Mundial, se promociona la escogencia de la presentadora más bella entre las que están aquí. Sara Carbonero, la novia de Iker Casillas a quien señalan como culpable de los tropiezos de España, gana de lejos este torneo. La sigue Inés Sainz , presentadora de Tv Azteca, a quien llaman “el trasero”. Luego está la francesa Melissa Theuriau, de M6 , a quien ya eligió Paris Match. Y al final va Mishal Husain por la que votan diario BBC y The Guardian. Por ahora no figura ninguna paisana, aunque las tenemos a montones.Después de esta ensalada mundialista me despido desde Ciudad del Cabo. A pocos kilómetros está el Cabo de La Buena Esperanza, como lo bautizaron Vasco da Gama y el rey portugués Don Juan II, luego de que fue señalado como El Cabo de las Tormentas porque nadie podía pasarlo. El descubridor lo venció y le mostró al mundo que se podía llegar más al oriente o este. Así nació la ruta hacia la India y otras naciones desconocidas hasta entonces. Donde realmente se juntan los océanos Atlántico e Indico es en la Punta del Cabo, hermoso lugar para jamas olvidar, ojalá acompañado de belleza latina. ¡Ayoba!