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Tiempo de la Palabra en Cali

La vida cultural Caleña en lo que toca con las letras, viene...

31 de octubre de 2016 Por: Antonio de Roux

La vida cultural Caleña en lo que toca con las letras, viene renaciendo. Desde agosto se celebra la Temporada de la Palabra, una apretada agenda de eventos entre los que se cuentan festivales y concursos de poesía; encuentros y cátedras relacionados con el quehacer de las bibliotecas. También hay iniciativas impactantes como el festival Oiga, Mire, Lea; el premio Spiwak de novela y la gran Feria Internacional del Libro, que concluye hoy.No voy a reconstruir una historia extensa, pero este asunto compromete nuestra identidad, y es que en los caleños cultos se revela una pasión ancestral por la literatura. Ya hacía 1865 existía en esta ciudad una academia o centro de estudios denominado Liceo del Alba. Su sección de literatura llegó a ser la más conocida y estuvo presidida por Eustaquio Palacios, autor de la novela El Alférez Real. Entre los logros de la entidad se cuenta el haber mantenido una publicación que reunía las creaciones de los pensadores, poetas y narradores locales.El Liceo no fue una iniciativa solitaria. En 1888 varios estudiantes y egresados del colegio Santa Librada crearon el Instituto Literario de Cali, que tuvo como objetivo estudiar todo lo relacionado con las letras. La entidad convocó a los habitantes para conformar la primera biblioteca abierta de la ciudad, y a partir de 1892 pusieron a circular un entregable en el cual se solicitaba el aporte de obras relacionadas con historia, literatura y ciencias. Los volúmenes recolectados constituirían después, el punto de partida de la Biblioteca del Centenario. Frente al panorama favorable que registran las actividades literarias en Cali cabe preguntarse: ¿Qué ha sucedido para que surjan tantas propuestas, tantas dinámicas, tantas ofertas? La cuestión es importante porque los aprendizajes allí obtenidos deberían aplicarse al impulso de otras expresiones de la cultura y el arte.Para comenzar es necesario aludir a un nuevo espíritu de asociatividad. Los gestores y protagonistas del mundo literario hoy en día, tienen claro que no existen posibilidades de éxito si no suman sus esfuerzos, si no trabajan en forma mancomunada. Las agendas individuales y personalistas no tienen cabida. Están condenadas al fracaso como se comprobó en el inmediato pasado.A lo anterior debe agregarse la determinación de conformar alianzas entre los intelectuales y los sectores privado y público. Es el caso de los programas orientados por Bibliotec, entidad que agrupa veintidós empresas y cuya historia, organización y logros quisiéramos conocer con mayor detalle.Finalmente, se ha consolidado en el sector oficial una actitud de apoyo a las iniciativas surgidas en el mundo de la palabra. El Ministerio de Cultura lo venía haciendo desde tiempo atrás y se le han sumado las secretarias de cultura del municipio de Cali y del departamento del Valle, la dirección de la Biblioteca Jorge Garcés y muchos otros entes y funcionarios.Los aspectos anteriores tienen un complemento necesario en el espíritu filantrópico y la generosidad de los ciudadanos. Tal es el manifestado por Ángel Spiwak y su grupo empresarial. Ellos impulsaron el premio de novela del Pacífico, destinando una bolsa generosa. El primer ganador fue el joven escritor Miguel Botero García con la obra “Sueño Blanco”, publicado por Siglo Veintiuno Editores. Se las recomiendo.