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Las mujeres en las mesas de la paz

Con tristeza recibió el país el ataque a los soldados en el...

29 de mayo de 2015 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Con tristeza recibió el país el ataque a los soldados en el Cauca y el fin del cese unilateral de las acciones bélicas por parte de las Farc, así como el reinicio de los bombardeos a los campamentos de los insurgentes causando decenas de muertes innecesarias. Llegó la crisis a la mesa de conversaciones en Cuba y la paz empezó a tambalear. El presidente Santos hizo finalmente lo que le pedíamos, incluir entre las personas importantes de la mesa a una mujer con liderazgo cuyas opiniones sean escuchadas y no como hasta ahora sentadas en la retaguardia sin voz ni voto. La canciller María Ángela Holguín Cuéllar, bogotana de estirpe de presidentes, escritores y dramaturgos tiene sobre sus hombros la difícil tarea de enderezar la paz. Tiene a su favor no solo la ética de género sino una larga trayectoria diplomática. Coordinó la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Noal) en 1995 en Cartagena. Entre los años 2002 y 2004 fue embajadora de Colombia ante Venezuela, embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas entre 2004 y 2005 y representante de Colombia ante la Corporación Andina de Fomento durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe. En el 2010, Juan Manuel Santos la nombró Ministra de Relaciones Exteriores. María Ángela tiene el bagaje para lograrlo, lo importante es que su paso por la mesa no sea de un día sino que le permitan quedarse hasta que se firme la anhelada paz, y que su espíritu conciliador y de ética del cuidado acalle las voces de venganza de los sectores más retrógrados. Que le dé el toque humanista a las negociaciones y con ideas innovadoras logre la confianza y seguridad que se necesitan para terminar el conflicto.La inserción de los insurgentes en el panorama social y político requiere del instinto materno. Sería trágico que a los rebeldes los asesinen como a los de la UP y para protegerlos tienen que ser las mujeres las que lideren el proceso de reinserción, pues también son ellas las madres de los pandilleros y de los homicidas. Es claro que la paz sin la mujer nunca se va a dar. Ya es hora de que los patriarcas de las Farc reconsideren su estrategia y oigamos las opiniones de las farianas, con propuestas para construir un país mejor. Sé que hay un movimiento de mujeres excombatientes que trabajan para que la reinserción a la vida civil de las mujeres no sea tan injusta como fue la de ellas, donde los hombre ingresaron a la vida política por la puerta de adelante y las mujeres tuvieron que contentarse con las migajas. Estamos cansados de los gritos de guerra, de las amenazas de retaliaciones, de mas minas y desplazamientos forzados, donde el arma mas contundente es el miedo, por eso la voz de las mujeres se tiene que escuchar, en hora buena la llegada de María Ángela a las mesas de la paz.