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‘Timochenko’ y su obcecación

Los dos golpes davastadores sufridos por las Farc hace unas semanas con...

7 de mayo de 2012 Por: Álvaro Valencia Tovar

Los dos golpes davastadores sufridos por las Farc hace unas semanas con aniquilamiento de sendas concentraciones de fuerzas en Arauca y Meta, la segunda con la pérdida de cuatro cabecillas de frente y por lo menos seis jefes de columna, cierra la fase del movimiento ideológico comunista y hace de los restos de la organización en armas, simples bandas criminales que subsisten merced al narcotráfico, cuyos canales selváticos y marítimos siguen abiertos aunque bastante mermados por acción concentrada de la Fuerza Pública.La insistencia en seguir ocultando esta inobjetable realidad, se patentiza en las acciones terroristas y ataques a fracciones menores de la Fuerza Pública, bien en movimiento, bien en pequeñas estaciones de policía aisladas y vulnerables. La reciente emboscada a una patrulla del Ejército, acompañada por un periodista francés, le brinda una nueva oportunidad a ‘Timochenko’ para un show mediático de alcances internacionales. En realidad ya comenzó con la voz de quien se dijo guerrillera. Aunque ni el secretariado ni el propio ‘Timochenko’ han confirmado la versión de la guerrillera anónima, tampoco la han desmentido en la afirmación de que las Farc lo tienen en su poder.De resultar cierta la noticia y monsieur Langlois está herido, le aplicarían los auxilios médicos a su disposición, ofrecerán devolverlo, a buen seguro con la mediación de doña Piedad de la Marcha, con la cual ganarían la carambola a dos bandas, su favorita. Y, lo más importante para conservar su careta ideológica, proyectarían la imagen guerrillera dentro y fuera de Colombia hasta la entrega de su protegido al Comité Internacional de la Cruz Roja, con visión de turbantes como fondo folclórico.Bien. Esto como simple capítulo adicional de la farsa es explicable. Pero le preguntamos a ‘Timochenko’, ¿ y del futuro qué? Porque con la metodología guerrillera de regreso a la fase inicial del “muerde y huye”, el objetivo revolucionario de alcanzar el poder por la fuerza de las armas se tornó inalcanzable. Las comunicaciones internas de los grupos dispersos penetradas por la Inteligencia militar y policial unidas, sufriendo periódicos golpes destructores, lo único sensato sería liberar cuantos secuestrados permanezcan en sus manos y buscar la oportunidad de desmovilización y desarme que el presidente Santos les ofrece.