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Los niños y la guerra

El Secretario General del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas presentó...

16 de mayo de 2012 Por: Alberto Valencia Gutiérrez

El Secretario General del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas presentó hace pocas semanas un detallado informe sobre la situación de los niños en el conflicto armado en Colombia, que pone sobre el tapete una situación bastante alarmante en lo que concierne al respeto de los derechos humanos de una población extremadamente vulnerable, como es el caso de los menores de 15 años. De acuerdo con el documento ninguno de los grupos armados protagonistas de los enfrentamientos entre los años 2009 y 2011 escapa a la responsabilidad, incluyendo los sectores oficiales. Para comenzar, es alarmante el reclutamiento de niños que hacen los grupos armados en una edad que va de los 8 a los 15 años. La cifra presentada es de 343 casos en 23 departamentos, durante el período mencionado. Los menores son utilizados para fabricar y transportar minas, comprar medicinas y realizar tareas de inteligencia. En marzo de 2010, un grupo guerrillero cargó a un niño con explosivos y a su paso por el puesto de policía los hizo explotar y su portador voló en pedazos. Y todo eso acompañado de campañas en las escuelas orientadas a convencerlos de que colaboren como informantes o de que se alisten simplemente en sus filas. Se da el caso incluso de bandas de paramilitares que los capturan y los venden a grupos guerrilleros. Los propios sectores oficiales del Ejército, según el documento, habrían utilizado a los niños para conseguir información o para actividades cívico militares, que implican un riesgo para sus vidas.Los niños también aparecen como víctimas en diferentes circunstancias: algunos porque se niegan a realizar las tareas a las que tratan de obligarlos, otros porque poseen “informaciones inconvenientes" o las niñas porque se resisten a ser violadas. En el año 2009, según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos, 27 menores murieron en 68 masacres perpetradas por grupos armados no estatales en 16 departamentos. Entre ese año y el mes de agosto de 2011, 116 menores fueron víctimas de minas antipersona o fueron alcanzados por municiones sin detonar, que encontraban casualmente en sus correrías. Las escuelas son convertidas muchas veces en campos de combate y las minas son instaladas en sus alrededores, hasta el punto de que deben cerrar sus instalaciones. Hay una cifra de 22 maestros muertos en 10 departamentos en 2010, acusados de colaborar con el bando contrario. El informe trae a cuento igualmente los secuestros de que son objeto los menores. Buena parte de las víctimas proceden de comunidades indígenas que viven en zonas de cultivo y tráfico de drogas.Las agresiones sexuales son igualmente frecuentes, a pesar de que no hay denuncias suficientes por temor a represalias. A las niñas se las obliga a tener relaciones sexuales con adultos, a tomar anticonceptivos o a abortar en caso de embarazo. Estos hechos se acompañan a veces de torturas y de mutilaciones. En agosto de 2010, según el informe, a una adolescente de 14 años le cortaron los senos. En marzo de 2011, en el departamento de Nariño, "una joven de 17 años fue violada, torturada, y obligada a limpiar un lugar público, desnuda, y a comer excrementos", para después ser asesinada delante de la comunidad impotente. Hace unos años nuestro Nobel de literatura, en célebre discurso, abogaba por un país que estuviera “al alcance de los niños”. La crudeza de las descripciones presentadas por Naciones Unidas parece más bien corroborar la conclusión del novelista en su texto de que estamos en un país que “no fue pensado para los niños”, a pesar de que el artículo 44 de la Constitución dice que deben ser tratados con amor.