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Alianza necesaria

No se les puede pedir a los candidatos a alcalde que tengan soluciones para todo y menos, a quien salga elegido, que resuelva los más disimiles problemas.

30 de abril de 2019 Por: Álvaro Guzmán Barney

Es crucial que el próximo gobierno de la ciudad quede en manos de una persona que continúe con logros que se han conseguido, introduzca los cambios que se requieren, se acompañe de un equipo que ejerza una gobernanza efectiva y cuente con una legitimidad entre los habitantes de la ciudad, especialmente entre los sectores populares más excluidos.

Se debe tener en cuenta también una evaluación crítica de los tres últimos alcaldes. Jorge Iván Ospina, quien es de nuevo candidato, es cuestionable por las alianzas que hizo para llegar a la alcaldía, por la distribución clientelista de la administración municipal. Entregó la Secretaría de Gobierno a un sector político, cuyo dirigente fue a parar a la cárcel y por temas de corrupción en la contratación de obras públicas, cuestionables por sus costos efectivos y el modelo de ciudad implícito que suponen, paradójicamente muy alejado de una visión ‘verde’ de la ciudad. Rodrigo Guerrero y Maurice Armitage sostuvieron con decoro la administración municipal, bastante maltrecha en temas financieros, pero ambos también fueron clientelistas, cada uno a su manera, en la distribución de los cargos y la asignación del presupuesto municipal. El primero no llegó a la sombra de lo que fue en su primera alcaldía, con el programa de Desepaz. El segundo, a pesar de su reforma administrativa, no logró desarrollar una carrera administrativa para los empleados municipales y la nómina paralela sigue siendo un botín clientelista. La inversión en educación fue importante en infraestructura educativa, pero no se tuvieron logros en calidad. Hemos transitado entonces por problemas de corrupción y clientelismo, por falta de logros en educación y por inseguridad urbana, entre otros, que se deben superar.

No se les puede pedir a los candidatos a alcalde que tengan soluciones para todo y menos, a quien salga elegido, que resuelva los más disimiles problemas. Pero sí se les puede pedir, desde ahora, que indiquen cuál es la visión de ciudad que tienen y cuáles son los problemas centrales con los que se comprometen. A este respecto, hasta el momento, es fundamental que la ciudadanía escuche y pueda diferenciar opciones.
Creo que la candidatura de Ospina, por lo que indiqué anteriormente, es cuestionable. Dudo también de la alternativa de quien parece ser el candidato más fuerte, Roberto Ortiz, ‘el Chontico’, un empresario liberal al que no se le conocen mayores ideas sobre la ciudad, aunque sí una vocación por ella, apoyado en los sectores populares, que establecen redes con su empresa.

En mi opinión, es fundamental que dos candidatos, Alejandro Eder y Michel Maya, puedan exponer sus puntos de vista y medir sus fuerzas relativas rápidamente, en la perspectiva de lograr una alianza y un candidato para el gobierno de la ciudad. Alejandro Eder tiene puntos a su favor, por su juventud, por la experiencia administrativa en el sector público y la confianza que se puede tener en la pulcritud del manejo que haría de la cosa pública. Pero su visión está impregnada de ‘desarrollismo’ y tiene poco que ver con una ciudad como Cali, que debe ser sostenible ambiental y socialmente.

El candidato Michel Maya, también joven, es conocedor como ninguno del manejo político local y regional. Al ver su trayectoria se puede captar cómo su conducta se ha guiado por la ‘convicción’ con los principios democráticos, en defensa de lo público y por una ética de ‘responsabilidad’ con sus conciudadanos. Es deseable que estos candidatos expresen sus diferencias, pulsen su fuerza en la ciudad, pero lleguen muy pronto a una alianza que combine temas centrales de cambio con un buen gobierno. Se requiere, además, que esta alianza logre una inserción entre las organizaciones sociales y populares, con ideas para el bienestar colectivo, sin prometer mermelada.