El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Tiempos interesantes

El viernes de la semana pasada un número apreciable de ciudadanos del...

25 de enero de 2017 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

El viernes de la semana pasada un número apreciable de ciudadanos del mundo estuvimos pendientes de la posesión del presidente Trump y de su primer discurso, ya juramentado en su nuevo cargo. Al fin y al cabo, se trataba del Presidente de la mayor potencia del mundo, en términos económicos y bélicos. Fue un discurso consistente, con el cual reiteró los temas centrales de su campaña; opuesto a lo que ocurre con los políticos tradicionales que una cosa son las promesas de campaña y otra distinta lo que predican cuando son elegidos.Abrazó con pasión el nacionalismo. “De ahora en adelante, América va ser primero”. “América comenzará a ganar de nuevo, ganando como nunca antes”. Le dio garrote al libre comercio. “Seguiremos dos simples reglas: Comprar americano y emplear a los americanos”. Salpicado de demagogia y populismo. “Nosotros, los ciudadanos de América...”. “Juntos determinaremos el curso de América…”. “Haremos a América nuevamente rica”. Ojalá se hubiese referido al continente americano, pero no, se refería solamente a su propio país, los EE.UU.Al infierno se fueron programas inspirados en una visión futurista y generosa como el denominado Plan Marshall, destinado a fortalecer la recuperación económica de Europa. Por cierto, la primera ocasión en el mundo que un país triunfador de una encarnizada guerra, ayudaba, no solo a sus aliados sino también a sus enemigos, a recobrar su bienestar. De nuevo, aludió indirectamente la intención de abandonar la Otan, un tratado que se pactó con el fin de impedir nuevos conflictos bélicos en el norte de Europa. Con la nueva orientación política del presidente Trump no se podrían contemplar iniciativas tales como la del Gatt, con el fin de reducir aranceles, o el establecimiento de la Organización Mundial de Comercio, de la cual fueron los estadounidenses, durante tanto tiempo, sus acérrimos defensores u otras iniciativas apoyadas y en gran parte financiadas por los EE.UU., como el Banco Mundial, el Fondo Monetario y las Naciones Unidas. Definitivamente el nuevo gobierno ha dado una vuelta en U, a la orientación tradicional del país del norte. Un cambio fundamental al espíritu que encarnaba. Se vulnera hasta el llamado ‘sueño americano’ que enarbolaba como uno de sus orgullosos postulados. El típico inmigrante, que acudía sin recursos en busca de oportunidades, a un país democrático, en donde podía forjar sus destinos, de acuerdo a sus capacidades, sin que nada, ni nadie, se lo impidiera. Los nacionalismos y la demagogia están de moda. El Brexit determinó la desvinculación de la Gran Bretaña del Mercado Común Europeo. Se escuchan voces de jefes de estado, como Orban y Erdogan, de Hungría y Turquía respectivamente, aborreciendo la globalización y el libre comercio, apelando al sentimentalismo patriótico con argumentos efectistas. Le Pen en Francia ha logrado un fuerte respaldo popular. Ni hablar de Latinoamérica: Cuba, Venezuela, Bolivia, etc…Pues bien, vamos a vivir tiempos muy interesantes. Una frase que he escuchado con frecuencia. Esto me recuerda, cuando amigos míos, médicos de profesión, se refieren casos interesantes. Son aquellos pacientes, para quienes recobrar la salud, les es muy difícil. Los tiempos que se nos avecinan están rociados con incertidumbre, desconfianza y temor.