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Sin respaldo político

Hace cincuenta años Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, junto con un...

3 de julio de 2013 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Hace cincuenta años Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, junto con un grupo de subversivos decidieron continuar la lucha armada, que habían emprendido inicialmente debido a la confrontación de los dos partidos tradicionales. Para comenzar su nueva etapa, se nutrieron de ideas marxistas-leninistas, muy en boga en esa época. Su aspiración era imponer esa doctrina para gobernar a Colombia. Optaron por la estrategia de adelantar las diversas formas de lucha para asirse al poder.Fue la época del triunfo de la revolución cubana, dirigida por Fidel Castro, un mito convertido en realidad a partir de su ascenso al poder en 1959. En la década de 1960, los movimientos revolucionarios con la finalidad de imponer el comunismo como sistema de gobierno, vivieron su apogeo. La Unión Soviética los alentaba, su aspiración de universalizar su régimen la había convertido en un imperio, al cual estaba adscrito el este de Europa y la acompañaban en su empeño de propagar el comunismo, varios países como la antigua Yugoeslavia de Tito. Nacieron mitos como el del Che Guevara, cuya silueta nos la encontramos con frecuencia reproducida en gorras, camisetas y pancartas, como símbolo del inconformismo. El romanticismo guerrillero sedujo inclusive a sacerdotes católicos como Camilo Torres y Manuel Pérez, alias Poliarco. Fue la época dorada de los movimientos guerrilleros en toda América.A finales del siglo pasado los regímenes comunistas fueron cayendo, uno tras otro, por carencia de respaldo, con origen en que las promesas económicas y sociales no se materializaron, en cambio se suprimió la libertad de opinión. El símbolo del fracaso fue la caída del Muro de Berlín que condujo a la unificación de Alemania y el desmoronamiento de la Unión Soviética. Solamente subsisten contados regímenes comunistas en el mundo, cuyos ciudadanos disfrutan de un nivel de vida muy precario, poco deseado por el resto de ciudadanos del mundo. Se desconocen las personas que quieran inmigrar a esos países en busca de oportunidades. Lo que vemos con cierta frecuencia son las noticias de las personas que logran escaparse de esos países. He tenido la oportunidad de escuchar las declaraciones de los voceros de las Farc y prevalece la arrogancia y la soberbia. Parece que su movimiento guerrillero contara con un caudal político inmensamente mayoritario, sin embargo en el dato más reciente aparece con únicamente el 1% del favor de la opinión. ¿Cómo aspiran a imponer formas de gobierno y exigir una constituyente si carecen totalmente de ese apoyo político? Para gobernar y proponer cambios, se necesita ante todo la aceptación de los gobernados. Sorprende que en ninguna de sus manifestaciones públicas se note arrepentimiento o deseo de cambio, por la violencia ejercida, los secuestros perpetrados, las masacres ejecutadas, como el caso de los Diputados del Valle, en fin, por todos estos cincuenta años de actividades terroristas y de sangre inocente derramada, con el propósito de imponer a la fuerza una ideología.El movimiento guerrillero no se encuentra totalmente derrotado por las armas, aún existe capacidad bélica para infringir daño y continuar segando vidas, por lo cual se justifican las negociaciones que se llevan a cabo en la Habana; pero lo que si no cabe duda es que, hoy en día, se encuentran políticamente derrotadas, carecen del apoyo ciudadano y pareciera por sus declaraciones que no les importa.