El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Luces en el encierro

Quienes por razones de salud o edad somos proclives a que el coronavirus produzca estragos graves a nuestro bienestar físico, hemos tomado medidas restrictivas, con el fin de evitar el contagio. El aislamiento ha sido nuestro refugio.

2 de febrero de 2021 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Quienes por razones de salud o edad somos proclives a que el coronavirus produzca estragos graves a nuestro bienestar físico, hemos tomado medidas restrictivas, con el fin de evitar el contagio. El aislamiento ha sido nuestro refugio.

La tecnología se convirtió en alivio, nos permitió comunicarnos vía Zoom u otros programas similares. Obligatorio expresarnos remotamente. La percepción de los gestos se limitó a la mitad del cuerpo, lo cual impide la lectura de la totalidad del lenguaje corporal.

Nos encontramos ansiosos de poder volver a encontrarnos con nuestros amigos, de cuerpo presente. La virtualidad ayuda, pero no sustituye.
Somos seres sociales, nos hace falta pampear a nuestro interlocutor en el hombro, abrazarnos, en fin, tratarnos como seres humanos que somos.

El desarrollo de las vacunas ha sido meteórico. No se esperaba que se produjeran tan rápido. Las expectativas de los expertos vaticinaban un tiempo más largo. Ahora resulta que hay disponibles en el mercado seis diferentes: Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Moderna, Sinovac, y Sputnik. El Presidente anunció el viernes pasado que tiene contratos de suministro con cinco y se comenzará a vacunar el 20 de febrero.

El virus también lucha por sobrevivir y ha logrado disfrazarse, para no ser aniquilado. La primera mutación se originó en el Reino Unido, y la última que se tenga noticia, fue detectada en Sudáfrica. La demora en la vacunación le dará tiempo al virus para camuflarse, lo cual dificultará su extinción. Las vacunas disponibles no cubren las nuevas formas del virus.
Su eficacia es limitada. La aceleración del proceso de vacunación para lograr la llamada inmunidad del rebaño, es de vital importancia. No obstante, ya existe más artillería para controlar su nefasta expansión y su letalidad.

Recientemente el Hay Festival, nos vino como anillo al dedo. Hemos disfrutado de entrevistas y conferencias de sumo interés, con personajes reconocidos y destacados de diversos países, que nos permitieron escuchar sus eruditas opiniones, y oír respuestas a preguntas capciosas, como cuando la entrevistadora Mábel Lara, le preguntó a Padura, cuál era la razón para que sus obras no fuesen difundidas en Cuba, el país que él tanto ama.

Anteriormente se llevaba a cabo en Cartagena, donde también disfrutábamos de la visita de esa joya colonial, mágica e inspiradora, y se pagaba por asistir. Ahora, debido a la pandemia las puertas del Festival se abrieron a un público mucho más amplio. Las conferencias o entrevistas son gratis. Ojalá en el futuro pudiera realizarse en ambas modalidades simultáneamente. De esta manera se logra la financiación y la amplia difusión, asequible a quienes no pueden viajar a Cartagena y pagar la asistencia.

Imposible complacer todos los gustos o deseos. Como es habitual, se cumplió con el objetivo de satisfacer a la gran mayoría, en la escogencia tanto de los entrevistados, como de los entrevistadores.

Este evento nos permitió conocer las últimas obras de los más destacados pensadores y autores, como Fernando Savater, Juan José Millás, Gilles Lipovetsky, Ken Follett, Thomas Piketty, Esther Duflo,
Isabel Allende, Juan Gabriel Vásquez, Leonardo Padura, para solo mencionar algunos.

PD. Lamentable el fallecimiento del líder político vallecaucano más sobresaliente en la actualidad, Carlos Holmes Trujillo.