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La pandemia y los liderazgos

A finales de abril la prestigiosa revista inglesa, The Economist, publicó en su carátula un titular que decía: ¿Is China Winning? (está la China ganando).

12 de mayo de 2020 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

A finales de abril la prestigiosa revista inglesa, The Economist, publicó en su carátula un titular que decía: ¿Is China Winning? (está la China ganando); se refería en su editorial principal al liderazgo internacional tradicionalmente ejercido incuestionablemente por los EE.UU., desde la finalización de la II Guerra Mundial, ahora disputado por la China. En el manejo de la pandemia la China había realizado una tarea superior a la de los EE.UU., a pesar de que en el país asiático se había originado el coronavirus, de manera inédita, por consiguiente, sin experiencia previa para controlarlo.

El presidente, Trump, desestimó la gravedad de su propagación en varias oportunidades. En ocasiones se refirió a la pandemia como una simple gripa, sin importancia, y manifestó que su país tenía la fortaleza para superar, sin mayores problemas, estos desafíos. En varias oportunidades ha divulgado fórmulas para prevenirlo o curarlo, sin fundamento, luego, desmentido, por autoridades de la salud. En una ocasión manifestó una tan ridícula, que después trató de justificarla como una broma.
Suspendió sus aportes a la Organización Mundial de la Salud, alegando su ineficiencia, treta habitual para justificar sus errores. Ahora culpa a la China afirmando que dejó escapar el virus de uno de sus laboratorios. Su actuación ha sido deplorable, posiblemente afectará su reelección.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador, alias Amlo, también fue otro de los jefes de Estado de nuestro continente que desestimó la gravedad del problema al cual se enfrentaba, e incluso manifestó que la raza mexicana era inmune a este tipo de pandemias. Por fortuna, luego cayó en cuenta de su error y recientemente ha recomendado el confinamiento para contener los contagios.

Jair Bolsonaro, presidente del Brasil, ha desafiado, contra viento y marea, la propagación del virus, recomendando continuar una vida normal, sin restricciones. Hace pocos días pudimos verlo frente a una manifestación de sus seguidores, haciendo alarde de no utilizar ninguna protección, ampliamente recomendada, como la máscara tapabocas. Por fortuna es un país federal y la mayoría de los gobernadores no comparten sus ideas y están aplicando políticas restrictivas para contener la pandemia, no obstante en mayo seis, ya tenían 10.500 casos diarios de contagios, once veces más que en la misma fecha del mes anterior. Los contagios se habían disparado. En Sao Paulo, el Estado más populoso con 44 millones de habitantes existen más de 41.800 contagiados y se han registrado 3416 fallecimientos, cuando en Colombia, en la fecha correspondiente, con 6 millones más de habitantes, teníamos 10.000 contagiados y 428 casos fatales.

Otro jefe de Estado que desestimó la pandemia, y como Trump se burló de sus posibles estragos, fue Boris Johnson, el primer ministro de Gran Bretaña, quien en un momento dado sufrió las consecuencias del Covid-19 y estuvo grave en cuidados intensivos. Ahora su país es el subcampeón en fallecimientos en proporción a su población, 31.587, hasta el 6 de Mayo.

Lo lamentable es que la población sufrirá sus desaciertos en carne propia, consecuencia de acendrados narcisismos.

Ni los votantes, ni los periodistas, aprecian a los estadistas. Les seducen más los caudillos. Aún se habla del gaitanismo, el peronismo, el chavismo, etc.