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Inequidad

Continuamos ostentando uno de los primeros lugares en la desigualdad de los...

13 de agosto de 2014 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Continuamos ostentando uno de los primeros lugares en la desigualdad de los ingresos, a pesar de los esfuerzos del Gobierno para disminuir la pobreza. El crecimiento económico, aunque indispensable, no mitiga esta tendencia. Los premiados con viviendas gratis son un puñado de privilegiados en un mar de necesidades, la suma invertida en este empeño podría ser más eficazmente utilizada. Se requiere tomar medidas más efectivas en la lucha contra esta perversa propensión.Hace poco tiempo la Ocde, organización para la Cooperación Económica, produjo un informe sobre las desigualdades. Dicha institución, a la cual el presidente Santos está empeñado en que Colombia sea admitida como miembro, analiza y recomienda las mejores prácticas a los gobiernos. Se trata de una entidad seria e independiente.En su reciente comunicado valida la prosperidad en algunas regiones del país y certifica que en otras se está sufriendo la erosión acelerada de su patrimonio incluyendo el capital humano. Sobre el particular Rolf Alter, director de Gobernanza Pública, manifestó: “Es verdad que la inequidad en las regiones es otra dimensión muy dramática como obstáculo en el desarrollo de la economía colombiana”. Lo vemos a diario, cuando talentos educados en las universidades regionales migran hacia la capital en busca de oportunidades. Allí no solamente se encuentran la sede del Gobierno Nacional y todas sus instituciones ‘descentralizadas’, el aparato judicial y los órganos de control, sino también la inmensa mayoría de las casas matrices de las empresas más importantes del país, sin importar dónde desarrollen sus actividades, como las petroleras, las cerveceras, las financieras, etc., además de, obviamente, las más conspicuas firmas de abogados, y las más grandes empresas de publicidad y de medios. Como consecuencia allí se capta el 62% del dinero depositado en los bancos, el resto, 38%, está en los establecimientos bancarios donde habita aproximadamente el 85% de la población de Colombia.Estos hechos alimentan una tendencia que se ha convertido en un círculo virtuoso para Bogotá y en uno vicioso para la provincia. Medellín, Cali y Barranquilla, se defienden parcialmente por la inercia del pasado y la fortaleza de su dirigencia, las demás poblaciones sufren el 100% de las consecuencias.En Colombia se habla de tasas de desempleo del 9%, mientras Buenaventura registra 63%, el analfabetismo a nivel nacional es el 6,9% y en el Puerto asciende a 9,2%, un 33% superior, para solamente mencionar dos índices. Lo paradójico es que los habitantes del Pacífico consideran a Buenaventura como el lugar de las oportunidades, razón por la cual recibe una cuantiosa migración, buena parte de la cual luego toma rumbo hacia Cali con 14% de desempleo, en donde existen barrios cuyos habitantes son en su mayoría costeños; aclaro, del mar Pacífico. Si bien el presidente Santos prometió reivindicar el litoral, lo cierto es que en el país existen ciudadanos que disfrutan niveles económicos parecidos a los de algunos países europeos, mientras otros sufren carencias semejantes a las de las naciones africanas, desde hace mucho tiempo. Subsisten dudas por un olvido tan persistente. Ojalá las promesas se traduzcan pronto en realidades.