El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Incertidumbre económica

El mundo con mayor desarrollo económico fue consciente de que su bienestar solamente podía mantenerse y superarse si el resto también progresaba.

20 de agosto de 2019 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Caminamos en circunstancias económicas adversas en el ámbito internacional. Hace años se estableció el Gatt. El primer acuerdo general sobre aranceles y comercio, que luego dio origen a la OMC, con el fin de reglamentar el intercambio comercial bajo normas universales. También se estableció el Fondo Monetario para financiar a los países que caían en la insolvencia económica. En la misma época, recién finalizada la II Guerra Mundial, nació el Banco Mundial con el objeto de financiar el desarrollo en los países emergentes. No fue en vano, en las últimas décadas se acortaron las diferencias entre las naciones ricas y las pobres. El crecimiento económico de las primeras se moderó y las que venían rezagadas acortaron las diferencias.

Sobresalieron los comportamientos económicos de los Brics, Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica. México tuvo un gran impulso con el tratado con EE.UU. y Canadá. La Unión Europea recibió como miembros a países más débiles como España y Portugal, y luego a los de Europa del Este, lo cual potencializó sus crecimientos. Latinoamérica tuvo un resultado variopinto; los que tomaron el camino del socialismo como Cuba, Argentina, y Venezuela retrocedieron, otros que optaron por la economía de mercado crecieron, Chile, Panamá, Costa Rica, Perú, República Dominicana y Colombia, unos más otros menos.

Lo ocurrido fue producto de la solidaridad entre las naciones. El mundo con mayor desarrollo económico fue consciente de que su bienestar solamente podía mantenerse y superarse si el resto también progresaba. En el contexto mundial también aplica ese adagio de que una empresa sana no puede progresar en un entorno enfermo. Nos necesitamos mutuamente. Además, todos vivimos en un planeta que exige un cuidado especial de conservación, de lo contrario nadie escapará a un posible deterioro.

Para infortunio de la humanidad en los últimos años han surgido y prevalecido jefes de Estado demagogos, populistas, y para mayor desgracia, nacionalistas, provenientes de ideologías de izquierda y derecha, entre quienes están los jefes de Estado de los países más poderosos, EE. UU. y China, quienes se han enfrascado en una guerra de aranceles de repercusión mundial. Hoy las bolsas, los precios de las materias primas y el valor las monedas bailan al son de sus mutuas amenazas. Estamos sujetos a sus caprichos, así viviremos mientras continúen en el poder los presidentes Trump y Xi Jinping. Las esperanzas de que cambien sus actitudes son casi inexistentes.

En Colombia esa volatilidad ha producido fuertes oscilaciones en el valor de la moneda y en los precios de las acciones. El valor del petróleo ha sufrido caídas, un efecto que se traduce en aumento en el tradicional déficit de la balanza comercial y en un revés de nuestro precario equilibrio presupuestal.

La semana pasada el presidente, Trump manifestó que el día anterior había recibido una llamada de China alentadora, e inmediatamente reaccionaron los mercados positivamente, nuestra moneda ganó valor frente al dólar y se incrementó el precio del petróleo. Suena risible pero es la realidad.

A estas circunstancias se le añade que el mundo está entrando a un ciclo económico recesivo y que Boris Johnson, electo recientemente primer ministro de la Gran Bretaña, insiste en el Brexit.
Que Colombia crezca es excepcional.