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Hechos y esperanzas

En el año 2014 ocurrieron no pocos hechos que dejaron huella, algunos...

14 de enero de 2015 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

En el año 2014 ocurrieron no pocos hechos que dejaron huella, algunos de los cuales van a afectar nuestro el futuro próximo.Se cosecharon éxitos muy destacados en el deporte, que no son flor de un día. El trabajo serio, constante y disciplinado produce resultados. En buena parte es fruto de la labor que cumplen Coldeportes y otras instituciones independientes, sin desconocer los méritos individuales de nuestros atletas, quienes compiten con disciplina y garra. En el fútbol lo más destacado fue el desempeño de nuestra Selección en el campeonato mundial del Brasil, cumplió un papel que sobrepasó las expectativas. Su desempeño estimuló el nacionalismo, la confianza y la autoestima. Se lanzaron estrellas futbolísticas que hoy brillan en Europa. Sin duda vamos a continuar gozando de los éxitos de nuestro deportistas.El año pasado fue reelecto el Dr. Juan Manuel Santos, después de un gran susto en la primera vuelta, cuando ganó su rival, el Dr. Óscar Iván Zuluaga. Antes y después del proceso electoral se discutió sobre los pros y contras de continuar con la institución de la reelección presidencial. El Gobierno y la opinión pública llegaron a la conclusión que los inconveniente sobrepasaban con creces las bondades, por lo que se tramitó ante el Congreso una reforma constitucional que abolió esta perversa norma. De ahora en adelante el comportamiento político de nuestros gobernantes será diferente ante la imposibilidad de postularse nuevamente.A finales del año se desplomaron los precios del petróleo, fenómeno que se veía venir. Se advirtió oportunamente la abundancia del gas esquisto y la autosuficiencia petrolera de los EE.UU., hechos que coincidieron con la crisis europea y la desaceleración del crecimiento de la economía China. Existe exceso de oferta petrolera. Equivocadamente Colombia había fincado sus fundamentos económicos en este vital producto. Su exportación producía 70% de nuestras divisas y contribuía con el 30% de los impuestos. Muy difícil sustituir este potente motor de nuestra economía. El desafío es cómo estimular otros impulsadores de nuestro desarrollo para cambiar las ‘locomotoras’ que ya no están funcionando.Nuestra mayor esperanza para el 2015 es que se firme el acuerdo con las Farc en condiciones aceptables para la gran mayoría de los colombianos, sin impunidad. Si bien este acuerdo no significa la paz, constituye un gran avance. Para que la paz se consolide, se requiere erradicar la miseria, disminuir las brechas económicas, crear la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos de tal manera que cada uno se pueda labrar su propio porvenir, respetando las diferencias. La paz es un estado superior, sobrepasa los acuerdos con los grupos subversivos.Un anhelo que definitivamente no da espera es la reforma a la justicia para restituirle el prestigio y la confianza de la ciudadanía. Sin justicia no podrá afianzarse la paz entre los colombianos.Otra de nuestras falencias que brotó a finales del año pasado fue la colcha de retazos que constituye nuestra legislación tributaria, plagada de improvisaciones. La esperanza es que se cumpla la ley para que se presente una legislación coherente que responda a las demandas de nuestro desarrollo y ante todo a la equidad. La tributación es un instrumento importante para impulsar el bienestar y disminuir las brechas.