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Grecia

Cuando se mencionaba este mítico país, cuna de la civilización occidental, se...

20 de junio de 2012 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Cuando se mencionaba este mítico país, cuna de la civilización occidental, se nos venían a la mente muchos personajes epónimos, Aristóteles, Platón, Sófocles, Herodoto, Pericles, etc., paradigmas en diversas disciplinas como la filosofía, la literatura, la historia o la política. Nos recreábamos leyendo sus epopeyas y sus dramas, o contemplando sus esculturas y sus obras arquitectónicas. Ahora, en cambio, a Grecia la mencionan casi todos los días en los noticieros, los periódicos la destacan en primera página con grandes titulares, por motivos más prosaicos, se trata de su descalabro económico y de su inestabilidad política.El mundo es un pañuelo en materia económica. El tejido económico se asemeja a una telaraña. Existen vasos comunicantes en todas las direcciones, muchos invisibles, no obstante los efectos que producen son evidentes cuando aparecen perturbaciones financieras. En el pasado no nos importaba el resultado electoral de una nación tan distante como Grecia, con la cual prácticamente no existen relaciones comerciales. La mirábamos más como un destino turístico o como mencionaba anteriormente, una fuente inspiradora de nuestra civilización occidental. La atención de un gran número de personas estuvo centrada en la votación que se llevó a cabo el domingo pasado en esta nación europea. Por fortuna para el futuro del Euro y la tranquilidad de los mercados ganó el partido Nueva Democracia, de centro derecha, que aboga por continuar dentro de la órbita de esta unidad monetaria.La globalización de la que tanto se habla, nos conduce hacia una mayor interdependencia económica. Entre más se profundice el comercio internacional, más se estrechan los lazos financieros y se intensifica nuestra dependencia del resto del mundo. Los tratados de libre comercio impulsan el crecimiento de los países, ya que amplían los mercados y facilitan la especialización, sin embargo, al mismo tiempo estrechan las relaciones financieras entre ellos. La tecnología magnifica estas interrelaciones. La televisión y los medios electrónicos nos hacen vivir las noticias como si estuviésemos en el teatro de los acontecimientos.Ocurre que Grecia gastó más de lo que producía, por lo cual se endeudó en exceso y sus recursos no son suficientes para atender su pasivo. Unos gobiernos irresponsables ocultaron sus errores distorsionando las cifras financieras. Palabras más palabras menos, se quebró, y solicitó ayuda a la Comunidad Económica Europea, de la cual es uno de los miembros. Hace unos meses se le aprobó un rescate que no fue suficiente y ante la falta de un acuerdo político tuvo que llamar a elecciones para definir su futuro. Conocido el resultado de la contienda aún subsisten incógnitas. El nuevo gobierno debe formar una coalición para poder ejercer el poder y existen dudas sobre las medidas que pueda tomar para estabilizar su economía. De las decisiones que se tomen no sólo depende su destino, sino también, en cierta medida, el comportamiento económico del resto del mundo, allí radica la importancia que le ha dado la comunidad internacional. Un terremoto económico en Europa no se circunscribe a la zona del Euro, sacude todo el orbe, con distintos grados de intensidad. Estamos irremediablemente interrelacionados porque transitamos hacia una aldea global.P.D. ¿Por qué será que no pocos políticos empapelan la ciudad en cada elección contraviniendo las normas? A ellos les corresponde, más que a nadie, cumplir la ley.