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Cali vibró

El jueves de la semana pasada acudí con mi familia al Estadio...

31 de julio de 2013 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

El jueves de la semana pasada acudí con mi familia al Estadio Pascual Guerrero, a presenciar la inauguración de los Juegos Mundiales. Llegamos a las 6:30 de la tarde y subimos al tercer piso de la tribuna occidental, donde eran los puestos de las boletas, pero encontramos que estaba absolutamente colmada. Ante la imposibilidad de ingresar nos resignamos a regresar a la casa para presenciarla por televisión. No obstante, al salir seguimos tras no pocas personas que estaban igualmente frustradas y se nos informó que podíamos ingresar a la segunda planta, lo cual hicimos. Allí existían puestos vacíos. En fin, así logramos sentarnos para ver el espectáculo, de cuerpo presente. Valió la pena, la pelotera y el disgusto. La ceremonia no dejó qué desear, excepto que los de occidental no vimos los juegos pirotécnicos.Participé como espectador en Juegos Panamericanos del 71 y volví a percibir y sentir el mismo espíritu. Las ciudades no son entes apáticos, las ciudades tienen alma y sentimientos, se duermen y se despiertan, sufren y se alegran, tienen autoestima y decepciones. Lo que se vivió en el Estadio Pascual Guerrero la semana pasada fue la confirmación del renacer del auténtico espíritu caleño, que hasta hace poco tiempo se encontraba aletargado; alegre, amable, fiestero, lleno de calor humano y pleno de justo orgullo ciudadano. El grito de “Cali se pasó”, coreado varias veces por toda la concurrencia así lo corrobora. El comportamiento del público durante el evento fue ejemplar.Vale la pena destacar la participación de 3500 ciudadanos que están colaborando de manera voluntaria para el éxito de los Juegos, demostrando ante quienes nos visitan como deportistas, jueces, entrenadores y dirigentes la calurosa hospitalidad de nuestro pueblo y amor por su ciudad.A raíz de los Juegos Nacionales de 1954, los Panamericanos de 1971, del Campeonato Mundial de Natación en 1975 y del de Baloncesto Femenino, también de carácter mundial, Cali se convirtió en la Capital Deportiva de Colombia; diría sin exageración que de Latinoamérica. Aquí se instituyó la primera escuela de medicina deportiva del país, pero lo que fue más importante, se formó una generación de dirigentes deportivos altamente calificados. Algunos fueron dignatarios deportivos a nivel mundial. Personas como Jorge Herrera Barona, Alberto Galindo, Hernando Botero O’Byrne, etc., no solamente se convirtieron en destacados dirigentes del deporte, además sobresalieron como profesionales que dejaron huella en otros campos del acontecer ciudadano. Jorge Herrera fue un prestigioso empresario, gobernador del Valle y posteriormente constituyente de la reforma de 1991.Lo que está ocurriendo ahora a raíz de los Juegos Mundiales es el reverdecer de una nueva dirigencia deportiva que seguramente le traerá prosperidad a esta actividad, así como a otras, al igual que aconteció en el pasado.El espectáculo que presenciamos sobrepasó las expectativas. Sin duda demandó mucho trabajo detrás de bambalinas. La preparación y la posterior coordinación denotan un trabajo profesional minucioso. Resta lo más importante, el éxito de las justas, pero el inicio fue excelente y constituye un buen presagio. Felicitaciones para Rodrigo Otoya Domínguez, director de los Juegos Mundiales, con su equipo de trabajo y la Alcaldía. Nos hicieron vibrar de entusiasmo. Vibró la estructura del estadio ante el frenesí que se vivió y vibraron los corazones de júbilo.