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El avestruz

Todos tenemos que ayudar a reconstruir lo que nos dañaron, pero el alcalde más allá de los discursos confusos debe dar ejemplo, liderar y demostrar que sus palabras son coherentes con sus obras.

26 de septiembre de 2021 Por: Vicky Perea García

¿Saben? Estoy de acuerdo con el Alcalde. Para los Juegos Panamericanos Junior que se llevarán a cabo en 60 días, nuestra ciudad debe estar como una tasita de té, impecable. También se avecinan el festival Petronio Álvarez y la Feria de Cali. No podemos seguir viviendo en una ciudad destruida por los vándalos. Todos debemos poner de nuestra parte y reconstruir lo que nos corresponde.

Esta semana se completan ya cinco meses del inicio de los destrozos que vivió nuestra ciudad con los actos vandálicos del 28 de abril y las semanas que le siguieron. Los caleños nos hemos tristemente acostumbrados a ver nuestra ciudad acabada. Jorge Iván Ospina no se ahorra ningún espacio para llamar a la unidad e invitar a los empresarios a que reconstruyan la ciudad, para que quiten las maderas de protección a las oficinas bancarias y arreglen los locales comerciales destruidos y vandalizados.

Pero la pregunta es, ¿Alcalde, qué está haciendo usted por embellecer a Cali? Alguien me puede explicar, porque yo no logro entender, ¿cómo es posible que después de cinco largos meses todavía no estén reparados los semáforos de la Calle Quinta? Entiendo que los procesos en lo público son eternos. Traté de preguntar cuánto cuesta semaforizar una intersección en Cali, nadie sabe o da respuesta. Sin embargo, una licitación que es el proceso más demorado de todos, y aplica para las cuantías más altas, se demora unos 60 días hábiles, algo así como tres meses. Ese tiempo ya lo sobrepasamos y todavía no se ven ni inicio de obras en las principales intersecciones viales de nuestra ciudad.

La administración municipal dice que no es por el proceso administrativo sino por el reclamo a la aseguradora. Puras cortinas de humo. Son procesos independientes. Si a uno se le quema su casa, no espera durmiendo en la calle hasta que la aseguradora solucione. Uno arregla la casa para poder vivir cómodamente y continúa con el reclamo a la aseguradora, si esto no funciona la demanda y busca justicia, pero no se queda viviendo en una casa destruida.

Pero el problema es más de fondo. El Alcalde autoriza excepción en la contratación con la justificación de la pandemia y los paros, argumenta con lógica que se requiere una administración ágil, pero esto no se ve reflejado en las obras de infraestructura que deben ser reparadas.
Vemos cómo las vías de Cali se están pintando, pero antes no tapan los huecos ni ponen los semáforos, seguramente tendrán que romper o pavimentar los huecos con lo cual tendrán que volver a pintar. ¿No sería mejor hacer las cosas con buena planeación y al revés? ¿Poner semáforos, pavimentar y después pintar? ¿Será que tienen pensado no volver a recuperar los semáforos de la ciudad?

Y mientras todo este desorden afecta nuestro diario vivir, nos encontramos con la contratación de Emcali con un grupo contratista relacionado con uno de los mayores desfalcadores del Estado. Ante las preguntas a la administración y la solicitud de rendición de cuentas, la administración calla, no da respuestas concretas. Se limitan a explicar procedimientos o confundir al público con descripciones de los complejos problemas administrativos. Hacen como el avestruz. Ante los problemas no los afrontan, sino que meten la cabeza en el hueco para creer que el problema no existe o que otros van a venir a solucionarlo.

Todos tenemos que ayudar a reconstruir lo que nos dañaron, pero el alcalde más allá de los discursos confusos debe dar ejemplo, liderar y demostrar que sus palabras son coherentes con sus obras. No queremos un alcalde avestruz.