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2012, año de paz y esperanza

Siempre que nos enfrentamos a un nuevo año lo hacemos con...

7 de enero de 2012 Por: Alfonso Ocampo Londoño

Siempre que nos enfrentamos a un nuevo año lo hacemos con cierto temor, pues se empiezan a ver los desafíos que tenemos que afrontar. Todos hacemos un balance de lo que tenemos, y hacemos cuentas de lo que debemos mejorar y modificar. Sin embargo, no nos podemos dejar llevar por el pesimismo. Todos podemos perfeccionarnos y el lema que debemos tener es ser mejores, no sólo para lograr mayor eficiencia y productividad, sino particularmente en lo que respecta al nivel personal. Mejorar no es sólo para ganar más, sino que este debe ser un concepto y una obligación ética de una persona. Siempre tenemos la obligación del perfeccionamiento propio, que a su vez debe ser también el de todos los que nos rodean, es decir, de la sociedad en que vivimos. Si este mejoramiento personal no se consigue primero, tampoco se podrá conseguir el del país, de la familia y de la entidad donde laboramos.Hablo no sólo de un mejoramiento material, sino primordialmente de uno espiritual. La falta de éste es lo que en el fondo ha deteriorado la sociedad de Colombia. Hemos abandonado los preceptos cristianos, y entre ellos, especialmente al amor a los demás. Casi se puede decir que si no amamos a los demás tampoco amamos a Dios.Por encima de los deseos personales, hay uno especialmente con respecto a Colombia, y es el de la paz, considerada ésta no sólo como una tregua o una falta de guerra, sino como una ausencia de violencia, o sea de inseguridad y una vivencia íntima de amor y sosiego. Con la paz conseguiremos la recuperación económica, y para ello debemos deponer los odios o prevenciones que tengamos. En el caso actual es importante que el Estado y en especial sus Fuerzas Armadas sean fuertes para que no se negocie con debilidad, y esto sólo lo conseguiremos si respaldamos en esta acción al Gobierno.Sin embargo, no hay que creer que con sólo la fuerza se puede lograr la paz. Es necesario dar una mejor justicia social para todos, pero especialmente a los más necesitados. Debemos mejorar especialmente la educación, que es la principal fuente para lograr un mejor ingreso económico, salud y posición social. Tenemos que ofrecer trabajo honrado para que se tengan unas condiciones aceptables de vida y no busquen otros medios.Creo que, fundamentalmente, la única forma de que atraigamos a los violentos y subversivos es el amor para darles al menos comprensión, favorecer el diálogo y aceptarlos en la sociedad corriente y en la política nacional, sin que ello indique que los vamos a tener que acoger dentro de nuestras casas, sino que al menos tengan una vida normal, una familia y un hogar y que se sostengan con un trabajo decente.Decidamos que el verdadero propósito nacional de este año nuevo es el de lograr la convivencia entre todos los colombianos. La Patria debe estar siempre por encima de los intereses particulares: Lo que necesitamos en Colombia es la paz y todo lo demás se dará por añadidura. Feliz año de paz para todos y en especial a mis lectores.