El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

El foco de la reactivación

De este hueco hay salida creando empresa y oportunidades. Los micro, pequeños y medianos empresarios son parte fundamental de la recuperación.

18 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

Lo he dicho antes y lo repito: la mejor política social es el empleo formal y digno. Es sostenible, genera bienestar, genera riqueza, beneficia la autoestima y abre un futuro de posibilidades para todos en la región.
Desafortunadamente, y a pesar del doble golpe del año y medio de covid y de los bloqueos ilegales de los últimos meses, nuestros gobernantes siguen sin la capacidad o sin las ganas de trazar un camino claro y efectivo para reactivar la economía.

El empleo en Cali y su área metropolitana ha sufrido mucho. En mayo la ciudad contaba una tasa de desempleo del 25%, o 337 mil personas desocupadas. Eso es 53 mil más que en abril, muchos de ellos destruidos por el paro. Triste ironía, jóvenes buscaban más empleo y oportunidades, pero bloquearon vías y terminaron destruyendo el bienestar de miles de familias y apagando posibilidades para ellos mismos.

Las micro, pequeñas y medianas empresas -mipymes- han sufrido lo impensable en este tiempo. A diciembre de 2020, el Valle contaba con más de 115 mil mipymes. Hoy ese número apenas supera las 99 mil, una reducción del 15%. Las mipymes aquí representan el 98% de las empresas y el 80% del empleo formal. Eso significa que el grueso del empleo destruido durante la pandemia y los bloqueos corresponde a mipymes que han disminuido sus operaciones o cerrado sus puertas. Por lo tanto, si queremos recuperar el bienestar de decenas de miles de familias vallecaucanas, el foco de la reactivación debe estar decididamente en salvar las mipymes para generar empleo.

Lo urgente es ajustar la oferta institucional a nivel nacional, regional y local para reactivar el sector. Hay que lanzar programas o reorientar los existentes hacia la necesidad primordial de las mipymes, es decir los recursos de dinero. En lo nacional, iniciativas para emprendedores como el Fondo Emprender del Sena o INNpulsa deben destinar durante 18 meses la mitad de sus recursos para subvenciones no reembolsables para mipymes en riesgo de cerrar o que cerraron a causa de la crisis. Es más probable que empresas ya establecidas despeguen y se mantengan en el tiempo en comparación con nuevos emprendimientos que arrancan de cero.

A nivel departamental debe pasar lo mismo con ValleINN. Dicho programa debe ser manejado con transparencia y debe asegurarse que el grueso de su presupuesto llegue a los empresarios y emprendedores y no que se quede en manos de operadores, intermediarios o del clientelismo. Cali está por montar el Fondo de Solidaridad con un aporte inicial de $50 mil millones, este es un buen primer paso. Pero preocupa que una parte no estipulada de esos recursos serán utilizados para capacitaciones. Si lo que queremos es generar empleo, sería más efectivo usar esa plata para ampliar garantías en el Fondo Nacional de Garantías que le permitan a las mypimes acceder a créditos.

Finalmente, desde el Valle debemos luchar para que en la reforma fiscal que prepara el Gobierno queden dos artículos claves. El primero es para que el Programa de Apoyo al Empleo Formal -Paef- se extienda en el Valle hasta junio de 2022 para empresas que generen dos empleos formales o más. El segundo debe permitir devoluciones automáticas de la Dian para mipymes y generar una tarifa diferencial de renta para este sector del 24%.

De este hueco hay salida creando empresa y oportunidades. Los micro, pequeños y medianos empresarios son parte fundamental de la recuperación. Apoyándolos con la liquidez que necesitan daremos vuelta a este martirio socioeconómico que vivimos.

Sigue en Twitter @alejoeder