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¡Ojo con Pavas!

Más noticias buenas. Según información dada por el presidente de la Agencia...

12 de julio de 2013 Por: Alberto Silva

Más noticias buenas. Según información dada por el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, en un mes se estará abriendo la licitación para contratar al concesionario que construirá la vía Mulaló-Loboguerrero. Este es un hecho que llena de complacencia a la comunidad del corregimiento de Pavas, en el municipio de La Cumbre, pero a la vez le produce un considerable grado de incertidumbre que solo el alto funcionario puede despejar por ser de su directa responsabilidad.Resulta que de los trazados propuestos para la vía, algunos de ellos afectan directamente a un espectacular acuífero que aflora precisamente en el corregimiento de Pavas, donde sirve entre otras cosas para surtir a su acueducto con aguas purísimas y a la vez le aporta condiciones benéficas de humedad al inigualable medio ambiente de la región. El afloramiento del agua ocurre en un área de tres hectáreas, bajo un bosque donde se encuentra localizado el acueducto y se estima que es producto de un río subterráneo que comienza quizás en los Farallones de Cali para reventar allí, en Pavas, con un flujo de 24 litros de agua pura por segundo, en invierno y en verano.Una respetuosa recomendación para el presidente de la ANI: antes de abrir la licitación, visite primero al corregimiento de Pavas y conozca personalmente este fenómeno inigualable, que en cualquier otro país del mundo sería un santuario ecológico a visitar; hable con la comunidad que es amigable y muy enterada de la problemática ecológica del país y, entonces sí, tome la determinación más acertada para escoger el trazado a licitar que no afecte al acuífero con la seguridad del agradecimiento eterno del país.Seguramente, si ya tiene un trazado preconcebido, argumentará que llevan invertidos en estudios una cifra de 8.000 millones de pesos y que para hacer modificaciones, si se da el caso, resultaría inaceptable para la ANI, pero recuerde: esa cifra que representa solo el 0.5% del proyecto, no alcanza a aparecer en pantalla ante los $1,47 billones del costo de la obra.Recordemos la catástrofe ecológica de la Isla de Salamanca en la Costa Atlántica. Allí entre Barranquilla y Santa Marta, existía el más impresionante refugio de fauna y flora marinas a la vista de quien por aquel sitio transitara, hasta que se decidió hace 20 años, cruzarla con la actual autopista entre las dos ciudades, sin considerar el daño que se pudiera producir al interrumpir el flujo y reflujo del agua marina que bañaba los manglares. El resultado fue espantoso y vergonzoso, conocido por la sociedad nacional e internacional. La catástrofe ocurrió en pocos meses y de inmediato comenzaron a corregirla; llevan ya dos décadas y apenas se nota la recuperación del daño. Acá en Pavas en caso de ocurrir algo parecido, el daño no podría corregirse nunca jamás, sería irreversible, porque las condiciones geológicas y topográficas no lo permitirían, como sí lo permitieron en la Isla de Salamanca.Está visto que hoy la ingeniería no tiene límites y no es cosa del otro mundo desplazar dos o tres kilómetros el trazado de una vía, más cuando se tiene todo el espacio del mundo para hacerlo. Es verdaderamente grave suponer los proyectos viales, exclusivamente solo con base en trazados y presupuestos desde Bogotá, sin atender el clamor de la comunidad como parece haber sucedido con el de Pavas.Los mejores deseos son para que la ANI en cabeza de su presidente Luis Fernando Andrade, acierte en la escogencia del trazado más correcto. Que su mente se ilumine y tome el tiempo necesario para esta trascendental obra que no admite equivocación alguna. Es en beneficio de todo el país.