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Cali precursora

‘De Cali se Habla Bien’, es un afortunado lema ideado por este...

3 de julio de 2015 Por: Alberto Silva

‘De Cali se Habla Bien’, es un afortunado lema ideado por este diario, que ha caído como anillo al dedo en estos días cuando ya estaba montada y con plenas funciones, una cofradía de chocolateros y confiteros de otras latitudes encargada de buscarle sombras a la ciudad y la región, vendiéndole a la opinión pública la falsa versión de altos precios del azúcar con insidiosos términos que difaman a nuestros empresarios y campesinos cultivadores de la caña de azúcar.Algo parecido se intentó desde hace años  con nuestras máximas expresiones patrias: Joaquín de Cayzedo y Cuero y el Acta del Cabildo de Santiago de Cali del 3 de julio de 1810. Voces destempladas, siempre desviaron el sentido de el sublime documento y desestimaron la gestión de nuestro prócer por la causa libertadora de la liga de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca y de la Nueva Granada.Para fortuna nuestra, ahora el historiador Armando Barona Mesa, vicepresidente de la Academia de Historia del Valle del Cauca, ha hablado bien de la ciudad en su valioso libro ‘Cali Precursora’, con el cual rebate de manera documentada y contundente las objeciones interpuestas por gratuitos detractores sobre la inmensa gestión del prócer en pro de la Independencia del país, que le llevaron a su fusilamiento en Pasto junto con diez vallecaucanos más.No podía pasar la región indiferente ante este gran aporte del historiador Barona Mesa quien en sus propias palabras comenta: “Las voces discordantes de los despistados que le niegan al Acta caleña y a la conducta de nuestro gran héroe y mártir mérito alguno, se diluyen en el torrente abrumador de los hechos”. Mucha razón le asiste al Consejo de la Orden de la Independencia, conformado por la Presidenta del Cabildo, el Alcalde de la ciudad y el Presidente de la Academia de Historia del Valle del Cauca, por la determinación de distinguir al autor de este valioso libro con la medalla ‘Orden de la Independencia’, como a uno de sus hijos destacados. Distinción que le será impuesta en acto público en el Bulevar del Río este viernes 3 de julio fecha de la Independencia vallecaucana.Dos días después de este evento, también se cumple el bicentenario de la Batalla del Palo, memorable combate realizado en el corregimiento de El Palo, municipio de Caloto a treinta minutos de Cali, batalla que seguramente el 99% de la población vallecaucana y  colombiana no tiene ni idea de ella, por desinterés de los estamentos docentes nacionales, departamentales y municipales, encargados de dar a conocer estos menesteres a la juventud escolar y universitaria. Y por falta de conocimientos sobre nuestra historia de los mismos docentes encargados de promulgarla. ¡Qué vergüenza!Con la Batalla del Palo se cumplió el último triunfo militar de la Primera República o patria boba. Allí confluyeron tropas patriotas de las provincias de la República comandadas por el general vallecaucano José María Cabal, inigualable sucesor del general Nariño quien había sido apresado en el desastre de Pasto y remitido a España. Estas provincias fueron: Pamplona, Socorro, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Neiva, Popayán y por supuesto las tropas vallecaucanas, de las ciudades confederadas. Por el lado de las españolas pelearon tropas realistas venidas de Quito, del Perú, Popayán y Pasto. Combatieron más de 3.000 hombres. Los realistas izaron bandera negra, tétrico mensaje de que no habría prisioneros a lo cual los patriotas respondieron con otra del mismo color.Caso especial protagonizó el mártir cerriteño, Agustín Navia Pontón.  Soldado patriota tomado prisionero antes del combate, se negó a denunciar la existencia de artillería republicana. Fue fusilado al sonar el primer cañonazo patriota. El Cerrito después de 200 años no se da por notificado.