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“El pueblo unido jamás será vencido”, son palabras que las multitudes gritan...

18 de julio de 2012 Por: Alberto José Holguín

“El pueblo unido jamás será vencido”, son palabras que las multitudes gritan como loras en actos de protesta ciudadana. Pero si se piensa en lo que filosóficamente significan y en el fondo que encierran, se da uno cuenta de que son poderosas y absolutamente ciertas. Por eso es tan importante que, como dijo José Acevedo y Gómez el 20 de julio de 1810, se aproveche el “momento de efervescencia y calor” causado por la aprobación del adefesio en que se convirtió la ley de reforma a la Justicia presentada a los colombianos por un Congreso corrupto e irresponsable. Este hecho que terminó siendo uno de los mayores escándalos en la historia reciente del país, por fortuna fue tan repudiado por la ciudadanía sin distingos de posición social o económica, que hizo que el Gobierno, preocupado por su comprobada incapacidad de haber hecho un seguimiento serio al proyecto cuando se discutía, pidiera al Congreso que hundiera la reforma ya aprobada. Los congresistas aterrados por la unánime reacción popular ante su metida de pata, aceptaron revisarla en sesiones extraordinarias y en pocas horas la hundieron por una votación increíble de 73 a cero en el Senado y 117 a cero en la Cámara, resultados que confirman su enorme rabo de paja. Pero el hecho de que se haya pretendido borrar con el codo lo que ya estaba escrito con la mano no es suficiente ni significa que el pecado no se haya cometido. Se cometió y muy grave y debe ser sancionado.Un Congreso tan desprestigiado como el nuestro, que tiene como 40 de sus miembros detenidos o investigados por la Justicia; un Congreso cuyos presidentes de Senado y Cámara, Juan Manuel Corzo y Simón Gaviria, son tan inmaduros y torpes que en vez de renunciar dieron en público la peregrina excusa de que habían votado a favor del proyecto porque no lo habían leído; un Congreso que vive legislando alegremente en favor de sus miembros, debe ser revocado. Por eso es excelente y oportuna la iniciativa de llamar a un referendo para que sea el pueblo quien decida el futuro de la rama legislativa de este país. Ese movimiento debe continuar para aprovechar el momento y debe conseguir las firmas necesarias para que pueda convocarse directamente, sin que tenga que pasar por el Congreso. Y sus propuestas deben ser concretas y cortas para que todo el mundo las entienda. Podría incluir algunas como éstas: *¿Está de acuerdo con la revocatoria de los actuales congresistas? *¿Está de acuerdo con que el Congreso sea unicameral? *¿Está de acuerdo con que el número de congresistas se reduzca a 100? *¿Está de acuerdo con que los congresistas corruptos pierdan su investidura en forma vitalicia? *¿Está de acuerdo con la eliminación de los suplentes para que los congresistas sancionados no puedan ser reemplazados? *¿Está de acuerdo en ponerle tope a los sueldos, primas, prestaciones, gastos de representación, jubilación y demás prebendas de los congresistas?Si se convocara el referendo, no dudo que la respuesta a todas estas preguntas sería un rotundo SI, porque no hay derecho a que los mal llamados ‘padres de la patria’ sigan mangoneando, legislando a su favor y haciendo lo que les da la gana en vez de pensar en los muchos problemas que aquejan a Colombia y a los colombianos. Lograr que esta aparente quimera se vuelva realidad es difícil pero no imposible porque históricamente está demostrado que “el pueblo unido jamás será vencido”.