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Trump se juega esta noche una de sus últimas cartas para llegar a la Casa Blanca

A las ocho de la noche el excéntrico millonario sostendrá el segundo debate con su contrincante demócrata, Hillary Clinton, después de que en su primer cara a cara los sondeos le dieran la ventaja a la primera mujer en aspirar a la presidencia de Estados Unidos.

9 de octubre de 2016 Por: Gerardo Quintero, Jefe de Cierre de El País

A las ocho de la noche el excéntrico millonario sostendrá el segundo debate con su contrincante demócrata, Hillary Clinton, después de que en su primer cara a cara los sondeos le dieran la ventaja a la primera mujer en aspirar a la presidencia de Estados Unidos.

Esta noche, el candidato republicano Donald Trump tendrá uno de sus últimos momentos estelares para intentar darle vuelta a unas encuestas que cada vez lo muestran más alejado de la Casa Blanca.

A las ocho de la noche, en Saint-Louis, el excéntrico millonario sostendrá, con ‘sangre en el ojo’, el segundo debate con su contrincante demócrata, Hillary Clinton, después de que en su primer cara a cara los sondeos le dieran la ventaja a la primera mujer en aspirar a la presidencia de Estados Unidos.

Si en ese primer debate Trump interrumpió 51 veces a la candidata demócrata, muchos analistas esperan que en esta oportunidad el hombre, rey de los reality shows, sea aún más agresivo y busque debilitar, con todo el arsenal de guerra sucia a su alcance, a la señora Clinton.

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De hecho, una gran parte de los partidarios del candidato republicano le reclamaron a Trump que estuviera tan ‘tibio’ al no recordarle a Clinton los líos de faldas de su esposo Bill. También le recriminaron que no hubiese sido más agresivo al abordar los temas de defensa, la inmigración ilegal ni el ataque a Bengasi (Libia) por el cual la exsecretaria de Estado fue acusada de no haber hecho lo suficiente para evitar el asalto contra el consulado estadounidense en el 2012, en el que murieron cuatro personas, incluido el embajador.

Y es que en las toldas republicanas ya sonaron las alarmas a un mes de las elecciones. Aunque Hillary no ha logrado despegarse significativamente en las encuestas sí es evidente que en las últimas dos semanas se ha sostenido a la cabeza de los sondeos. De hecho, el último promedio de encuestas realizado por RealClearPolitics muestra que la aspirante demócrata aventaja por  4,1% a su rival republicano.

En ese contexto, Clinton claramente pasó a tener la iniciativa de la campaña después de ese debate y de los escándalos que mantuvieron ocupado al comité de campaña de Trump. Un sondeo de Politico/Morning Consult revelado el lunes pasado muestra a  Clinton superando a Trump por 42 % a 36 % de las intenciones de voto, cuando se incluye a los otros candidatos minoritarios, el libertario Gary Johnson (9 %) y la ambientalista Jill Stein (2 %). De acuerdo con este sondeo, cuando se considera solo a los dos candidatos principales, la ventaja de Clinton sobre Trump es de 46 % a 39 %. Según con  Politico/Morning Consult, el principal factor en el avance de Clinton está en un mayor nivel de aceptación entre los electores independientes y, en menor medida, entre los electores más jóvenes.

Siguen los errores

La grabación de una conversación  privada de Donald Trump realizada en 2005 fue difundida públicamente el viernes y en ella el magnate describía en términos crudos y degradantes sus técnicas de seducción. 

“Me siento atraído  por las bellas ...  las beso enseguida, como un imán. Yo las abrazo, sin siquiera esperar”.  “Cuando eres una estrella, nos dejan hacer. Uno puede hacer lo que quiere”, agregó Trump en la charla con un periodista. El candidato republicano se disculpó el viernes mismo. “Fueron chistes de vestuario”.

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Clinton no se puede confiar

Para Laura Gamboa, politóloga y profesora asistente de la Universidad de Utah State, “la probabilidad de que Hillary Clinton gane las elecciones ha subido, pero la ventaja de Clinton no es  supremamente alta, apenas 6 puntos de acuerdo a las últimas encuestas. Hay motivos para alegrarse (si uno es partidario de Hillary), pero yo no estoy del todo tranquila. Sobre todo, porque las encuestas han estado más volátiles de lo normal. El talón de Aquiles de Hillary es su falta de popularidad. La gente no la quiere. Esto es en parte, creo yo, un tema de género, pero en parte su historia política. Cualquier escándalo, por pequeño que sea, podría bajarle los puntos que ganó la semana pasada en las encuestas”.

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Una percepción similar tiene Arturo López-Levy, analista de político internacional de la Universidad de Texas, quien considera que los debates en Estados Unidos generalmente no crean por sí mismos nuevas dinámicas, pero pueden  influir decididamente al revelar fallas de los candidatos o articular sentimientos y modos de pensar latentes, pero imperceptibles para  el electorado hasta que un candidato los presenta.

“El primer debate en ese sentido tiende a ser el más importante, por lo que es impresionante el vacío que Trump presentó frente a una Hillary Clinton bien, metódica, y preparada. El segundo debate, dado su formato de interacción directa con el público puede darle a Trump algunas oportunidades para lucir presidenciable y energizar más su base. Si Trump no se levanta allí, es difícil esperar que vaya a lucir mejor en el tercero, que sigue el mismo patrón de un dialogo de los candidatos con un moderador”, enfatizó el profeso López-Levy.

El panorama para el aspirante republicano no es fácil, pero tampoco imposible de remontar y los demócratas no pueden dar por descontado que tienen el triunfo en el bolsillo. Trump, a pesar de todos sus errores y los niveles de exacerbación que genera, ha demostrado un gran poder para volver al combate y, sobre todo, mantener su imagen intacta entre la población blanca más conservadora y los habitantes del sur profundo más tradicional de EE.UU..

Y es en este paisaje mediático fragmentado, donde se mueve como pez en el agua,  Trump encontró en Twitter su caja de resonancia para dirigirse a sus potenciales votantes sin intermediarios. Asimismo, su conexión con los sectores ultraconservadores que culpan a los migrantes del desempleo y los problemas de seguridad le han abierto ‘sites’ especiales que inundan las redes sociales con mensajes de ‘Make America Great Again’ (Hagamos grande a Estados Unidos de nuevo).

Las últimas naves

El candidato republicano sabe que quema sus últimas naves y por eso, previamente al gran debate de hoy, ha intensificado sus ataques a Clinton. Afectado en su popularidad por la polémica en la que se vio envuelto con una ex Miss Universo, señalado de utilizar artimañas legales para no pagar impuestos por más de 20 años y empeñado en negarse a divulgar sus últimas declaraciones impositivas, alegando que son objeto de una auditoría, Trump decidió esta semana no guardarse nada contra Hillary. “La única experiencia que Clinton tiene sobre ciberseguridad incluye su sistema criminal, que violó la ley federal, montando encima una enorme operación de encubrimiento y poniendo a nuestra nación en peligro”, dijo en un acto político realizado ante militares en Herndon, Virginia.

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La pregunta es si esta estrategia de ataque frontal le alcanzará al candidato republicano con el poco tiempo que falta. Para Luciana Manfredi, analista internacional y politóloga de la Universidad Icesi, “el tema es que puede hacer que eventualmente Trump recupere terreno, siempre y cuando Clinton no logre establecer una conexión más emocional con el candidato. Aunque sus respuestas fueron contundentes, le falta mayor emotividad para llegar a la gente”.

El internacionalista López- Levy advierte que la historia de las campañas presidenciales estadounidenses ha enseñado a no considerar irreversible la derrota de un candidato hasta la fecha de la elección y recuerda que el presidente Truman logró la reelección en 1948, a pesar de que la mayoría de encuestas pronosticaba hasta el día anterior una victoria del gobernador republicano Thomas Dewey.  

“Cualquier otro candidato habría dejado atrás a Trump hace rato, pero los demócratas escogieron a la de más altos índices negativos y con un escándalo serio sobre mal manejo de información clasificada. Cada vez que sale una nueva revelación de la gestión de Clinton en el asunto de los e-mailes perdidos y la relación incestuosa de la Fundación familiar y su labor en el Departamento de Estado, el despegue de la candidata demócrata se limita”, explica el analista.

Otros expertos no ven probable el repunte del líder republicano. Angelo Carusone, director de un sitio progresista de análisis de contenido de los medios, advierte que hoy Trump se ha encontrado con un panorama muy hostil en los grandes medios de comunicación estadounidenses y eso lo puede perjudicar. Una visión similar a la que tiene Allan Lichtman, historiador de la American University de Washington, quien señala que la receta del candidato republicano de bombardear las redes sociales con sus mensajes no le alcanzará para ganar una elección presidencial tan pareja. “Debe superar a sus partidarios de base para ganar. Y eso no lo puede lograr a través de los medios alternativos”.

Para la politóloga Laura Gamboa, en cambio, la paradoja es que el repunte de Trump se puede dar, pero por ‘culpa’ de la misma candidata republicana. “Mi preocupación más grande con Hillary, sin embargo, no es su favorabilidad en las encuestas, sino qué tanta gente saldrá a votar en noviembre. Hillary es una candidata difícil. Debido a su baja popularidad, es difícil movilizar gente para que vote por ella. Si los Demócratas no logran sacar a la gente a votar la situación se pone difícil. Sé que su campaña tiene montada, desde hace meses, una operación de movilización gigantesca muy similar a la de Obama (que fue muy exitosa). La pregunta es si le va a funcionar igual de bien a Hillary”, enfatiza la internacionalista.

Esta noche, cuando Clinton y Trump estén nuevamente frente a frente, veremos si la candidata demócrata esquivará los golpes que buscará propinarle el aspirante republicano y, también, si aplicará en política la máxima del fallecido Mohamed Alí, ‘flota como una mariposa, pero pica como una abeja’.

 

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