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¿Trump o Clinton, cuál le conviene más a Colombia?

Estados Unidos elige el próximo martes a su Presidente, en una 'final de infarto'. Así nos afectaría el resultado de la elección.

6 de noviembre de 2016 Por: Redacción de El País

Estados Unidos elige el próximo martes a su Presidente, en una 'final de infarto'. Así nos afectaría el resultado de la elección.

Las cartas para Colombia y su política exterior con Estados Unidos ya están echadas. No importa si quien ocupará a partir del 20 de enero de 2017 la Casa Blanca será la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump.

Por lo menos en eso coinciden varios analistas, quienes indican que en últimas es el Congreso norteamericano el que tiene la decisión final sobre la  política internacional que emprenderá su país. Sin embargo, son claros al afirmar que enfriar la relación con Colombia no estaría entre los planes de esa Nación.

Es más, consideran que eso sería “casi un suicidio”, pues con la mayor potencia mundial ya hay una historia trazada por acuerdos firmados y dineros desembolsados.

Además, se debe tener en cuenta  la actual situación colombiana  con su adelantado proceso de paz y así, dicen, ningún Estado se atrevería a dejar a su suerte un país con su anhelo de terminar un histórico conflicto armado. 

Mauricio Jaramillo, analista de política exterior, sostiene que con uno u otro ganador no habrá “grandes cambios” de política exterior. “Ya hay un consenso bipartidista respecto a los requisitos de Colombia para mantener el paquete de ayudas para el posconflicto y eso no lo podrán alterar ni Hillary ni Trump. Obviamente, es más fácil negociar con una persona del perfil de Clinton”, precisa el experto.

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Y es que, según cuenta, en este tipo de situaciones  importa más lo que diga respecto de Colombia el Congreso estadounidense —que es el que toma las decisiones de política exterior—  y no el Presidente de turno, que  queda con un estrecho margen de maniobra.

Jaramillo reconoce que “es incuestionable” que en el mundo, en general, no es buena idea que llegue un hombre como el magnate republicano a la Presidencia de Estados Unidos. 

Insiste en que al mundo no le conviene que una potencia esté bajo el control de una persona sin experiencia e insensible en temas que son vitales, como la seguridad del hemisferio. Pero considera que, “concretamente en la relación bilateral con Colombia, es poco lo que se puede cambiar”.

 Así mismo dice que, pese a la resistencia que puede generar el magnate, a partir de 2017 lo que sigue para Colombia y sus relaciones con Estados Unidos es una política de  continuidad.

“El Presidente  no puede llegar y alterar la relación con Colombia, eso sería absolutamente suicida para Estados Unidos. Hay unos números que ya  se invirtieron históricamente y hacen que la relación sea de inercia”, manifiesta Jaramillo.

Entre tanto, Enrique Serrano, experto en relaciones internacionales, se acerca más a este planteamiento, pues cree que decir que hay una diferencia  ostensible “entre uno u  otro no es fácil”. “Entre los dos candidatos a la Casa Blanca hay  unas estrategias similares y los efectos son parecidos”.

Sin embargo, comenta que la historia indica que es más abierto y dispuesto para el caso colombiano el establecimiento republicano.

“Lo que  teníamos con el Plan Colombia y George Bush el país lo ha ido perdiendo  y se ha acostumbrado a esa relación razonablemente fría y distante que le ha ofrecido Obama”, dice.

Por tanto, agrega, lo que  significaba Colombia hace algunos años en efecto de las relaciones subcontinentales ha disminuido, pero  esto puede ser en virtud de los tantos acuerdos que tiene Estados  Unidos con otros países.

Al igual que Jaramillo, Serrano considera que ninguno de los gobiernos norteamericanos  rechazaría los esfuerzos de paz colombianos y mucho menos después del que su presidente fue elegido Premio Nobel de Paz. 

Lo que verdaderamente debe preocupar, explica, es la relación económica que podría establecerse como base de un vínculo de recuperación, la confianza  en materia de inversión. 

“Ese tipo de cosas son las que habría que evaluar  y establecer si hay una diferencia significativa entre cómo lo hará un demócrata o un republicano, porque lo demás son declaraciones de canto a la bandera”, apunta.

La desconfianza de Serrano  con los demócratas radica en que, según él, los integrantes de este partido son  nacionalistas, proteccionistas,  tienen una política restrictiva, como por  ejemplo, la cuestión de la tasa de cambio. 

“Todas esas cosas que ha hecho el gobierno de Barack Obama han afectado no solo a Colombia, sino a toda la región. Entonces, Hillary Clinton lo que significa es más de lo mismo.  No veo ningún beneficio para nosotros en caso de que gane ella”, anota.

Y, lo peor, comenta, es que no se sabe —porque es “muy oscuro el panorama”— qué pasaría de ganar Donald Trump.

Pero Vicente Torrijos, profesor titular de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, tiene una percepción diferente de lo que ocurrirá después de este martes.

Si triunfa Trump, cree Torrijos, habría una revisión a fondo del proceso de paz, aunque no una ruptura.

“Eso obligaría al Gobierno colombiano a reconsiderar aspectos delicados en lo ya negociado con las Farc, así como el clima de entendimiento con la dictadura chavista que tanto auxilia a las Farc y al ELN”, indica.

El analista considera que al Gobierno colombiano y a las Farc les resulta casi necesario que triunfe Clinton como “continuadora de la gestión del presidente Obama, eso garantizaría la continuidad en el apoyo a la negociación tanto en el acompañamiento a la mesa en La Habana como en el Consejo de Seguridad de la ONU y en los proyectos de cooperación”.

En cualquier caso, explica,  no solo hay ventajas y desventajas, también oportunidades. Incluso si triunfa Trump, porque, a su modo de ver,   está claro que lo negociado con las Farc requiere cirugía y que el proceso con el ELN —que no se sabe con certeza cuándo arrancarᗠnunca ha salido de cuidados intensivos.

Juan Carlos Gómez, experto en marketing político de la Universidad de La Sabana, está de acuerdo en que en muchos temas el Congreso de Estados Unidos tiene la última palabra. Pero asegura que hay un detalle que no se puede dejar pasar y es que ya el Gobierno colombiano tendría negociada la salida de alias Simón Trinidad de la cárcel si se logra implementar el acuerdo de paz. Y eso solo se cumpliría si se mantiene un presidente demócrata.

Además, cree que con la tendencia política y los discursos de los candidatos, pareciera que Colombia podría estar mejor alineada con Clinton porque “las posturas de Trump pueden afectar  el tema de desplazamientos de colombianos, los tratados de libre comercio y las mismas relaciones entre los presidentes”.

Por eso, una de las razones de la urgencia del Gobierno Nacional en sacar adelante el proceso de paz con las Farc es que el nuevo acuerdo se concrete antes de que   el demócrata Barack Obama se vaya de la Casa Blanca.

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