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Testimonio: así desafían al miedo los periodistas en Venezuela

Mariale Berroterán, periodista de la Revista RSE de Caracas, habló con El País sobre las dificultades que enfrenta su gremio a la hora de cumplir su labor en medio de la violencia y la tensión que vive Venezuela.

21 de febrero de 2014 Por: Jessica VIllamil | Redacción de El País

Mariale Berroterán, periodista de la Revista RSE de Caracas, habló con El País sobre las dificultades que enfrenta su gremio a la hora de cumplir su labor en medio de la violencia y la tensión que vive Venezuela.

La periodista Mariale Berroterán habló con El País sobre la realidad que vive su país, lo difícil que es para un periodista cumplir con su labor y las amenazas que ciudadanos y profesionales de los medios sortean cada día. "Las comunicaciones aquí fallan todos los días. El día sigue tenso. El blackout informativo se mantiene y las amenazas a la prensa extranjera se incrementan. El caso de CNN es un ejemplo", manifestó Berroterán.Y es que justamente este viernes, el gobierno de Venezuela revocó las credenciales de prensa de varios periodistas de esa cadena televisiva después que el presidente del país, Nicolás Maduro, criticara la cobertura que el medio hizo sobre las protestas políticas. La presentadora Ángela Patricia Janiot, tuvo que salir de Venezuela por amenazas. Berroterán continúa afirmando que " la información que circula es la que rueda en redes sociales, algunas estaciones de radio y la que confirma la prensa escrita, la que todavía no ha cedido a las presiones gubernamentales o no han cerrado aún". Al describir su día a dia, Mariale sostuvo: "al despertar reviso el celular para ver si tengo acceso a internet. La mayor parte del tiempo, no tengo. Le paso un mensaje a una amiga y colega para avisar que voy a la oficina. Ella me avisa los detalles principales de la noche anterior: más detenciones, dónde siguen las protestas, cosas así. Salgo a la calle, en toda la semana la avenida principal del bulevar de El Cafetal ha estado cerrada al tránsito vehicular. Trabajo cerca de mi casa, así que toca caminar las cinco cuadras. Al llegar a la oficina me conecto a internet y monitoreo el twitter todo el día. Es la única fuente de información". Y continúa, "por ser periodista estoy preparada para filtrar información, para esperar tuits con fuentes oficiales o directamente de las organizaciones reconocidas: medios serios, ONG de Derechos Humanos, cuentas personales de los líderes de oposición y de Gobierno, pero sobre todo de los colegas periodistas que están en la calle trabajando". "Soy periodista, pero no estoy cubriendo en caliente. Así que ando como una ciudadana más, pero no podría distinguir entre el miedo ciudadano y el profesional, porque en últimas actualmente viene siendo lo mismo", dice con su voz melancólica. Con algo de tristeza Melaine afirma que es consciente de que si estuviera cubriendo en la calle estaría expuesta a la violencia que pueden ejercer los organismos del Estado. "Nunca me ha pasado a mi, pero si tengo amigos que han sido agredidos por cubrir una noticia. Esta no es la primera vez que el Gobierno agrede a la prensa". Sí hay información falsa. Se pueden usar páginas web para chequear las imágenes, pero nuestra conexión a internet ha fallado mucho en la semana, así que no siempre se puede. Yo veo las fotos y hago una revisión general. Intento ver: si reconozco los sitios, si hay algún tipo de detalle que identifique la fecha o el lugar (como los letreros, avisos, nombres de calles, pancartas con fechas o alusivas a hechos específicos)... pero eso es a "ojo", porque conozco las calles caraqueñas... los extranjeros la tienen más difícil para distinguir qué imagen es nuestra o cuál no porque no conocen el país.Por ejemplo, el jueves mostraron imágenes de aviones de guerra en Táchira. Eso es falso, lo que si ocurre es que en algunas manifestaciones sobrevuelan helicópteros que no pueden identificarse. También hay tanques de guerra que infunden terror.Caracas no está igual en todas partes. Hay zonas tranquilas y otras que parecen zona de guerra.Donde vivo (El Cafetal) se han trancado las calles, pero no ha habido violencia. Han tapado las calles con escombros y basura quemada, pero no se han reportado heridos. Hay una especie de toque de queda autoimpuesto, de noche nadie sale. Pero para poder describir a Caracas habría que hacer una gran crónica que describa los diferentes ambientes que hay en la ciudad y son el reflejo de las diferentes venezuelas que existen.Mientras tanto, el Gobierno Nacional hace cadenas en televisión nacional y dice informaciones que tampoco sabemos si son ciertas. El conteo de muertos y heridos lo han hecho ONG de derechos humanos y defensoría legal a partir de las denuncias que los mismos usuarios de twitter hacen. Es una labor de hormiguita conocer la verdad.Lo cierto es que la Fiscalía General de la República reconoció hoy 8 muertos.Esta situación es la exacerbación de la presión que se viene sintiendo desde hace años. Poco a poco el gobierno ha dado pasos para la censura de los medios y el cerco informativo y se han denunciado incluso en organismos internacionales, pero nunca ha sido como esta semana. Ha quedado en evidencia todo aquello que se denunció y nadie nos creyó.¿Cuándo va a terminar todo esto? No tengo idea. Los problemas en Venezuela son profundos y complejos, y el escenario político es enrevesado. Podría sentarme a dilucidar las posibles opciones que se manejan, pero ninguna parece ser una respuesta real al problema.Aquí se dice popularmente que "trancaron el juego y ahorcaron la cochina", que en un partido de dominó es cuando ya no quedan más combinaciones de piezas por jugar. Así está Venezuela hoy.

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